LA visita de la alcaldesa de Jerez, Mamen Sánchez, al alcalde de Cádiz, José María González, ha sido pintoresca. Se ha presentado como si fuera el final de una guerra…
LA derrota del Cádiz ante el Sevilla puede parecer engañosa. Al minuto 90 se había llegado con empate. Fue un duelo competido, en el que el Cádiz tuvo aspectos buenos…
EN cierta ocasión escribí que cada partido es como dos. Esa duplicidad ocurre en España, en Andalucía, y en Sevilla. En la humanidad, no; porque en China verbigracia no se da el caso. Hay un Partido Comunista, y la gente normal no se mete en política, y Juan Espadas les…
HAN pasado más de 40 años desde aquel 28 de febrero de 1980, cuando los andaluces votaron su autonomía. La Andalucía de hoy afronta algunos peligros parecidos a los de entonces. Nunca deberíamos olvidar que aquel referéndum sirvió para unir a un amplio sector de los andaluces. Unirlos contra los…
LA visita de la alcaldesa de Jerez, Mamen Sánchez, al alcalde de Cádiz, José María González, ha sido pintoresca. Se ha presentado como si fuera el final de una guerra fría. Como cuando Reagan se entrevistó con Gorbachov, o algo así. No es para tanto. Se entiende que con las memeces de los confinamientos perimetrales, y con la prohibición de viajar más allá de la provincia, ahora una visita de Cádiz a Jerez o de Jerez a Cádiz se considera como turismo a paraísos exóticos. Pero hasta hace poco era algo de lo más normal. No tiene sentido pensar que esta visita oficial servirá para mejorar las relaciones diplomáticas entre ambas ciudades. Hay cuestiones profundas que se deben trabajar más para que el potencial de esta provincia fragmentada no se siga desperdiciando por las divisiones catetas.
EN cierta ocasión escribí que cada partido es como dos. Esa duplicidad ocurre en España, en Andalucía, y en Sevilla. En la humanidad, no; porque en China verbigracia no se da el caso. Hay un Partido Comunista, y la gente normal no se mete en política, y Juan Espadas les pide que viajen a Sevilla, y punto. Pero aquí todo lo que parecía sólido se vuelve gaseoso. En el PSOE hay pedristas y susanistas; en el PP hay partidarios de Casado y de Juanma; en Ciudadanos hay dos bandos desde que los fundaron; y hasta en Vox de Sevilla ya se han peleado. En cuanto a Unidas Podemos, Adelante Andalucía, o lo que sea, no son dos partidos en uno, sino cinco o seis, ya se pierde la cuenta. A la bronca del acoso y derribo a Susana en el PSOE, se añade la doméstica y sevillana del PP provincial, que tiene más enjundia de lo que parece.
POR poner un ejemplo marinero, Cádiz es como un barco a la deriva. Vivimos una situación imprevisible hace dos años: una pandemia ocasionada por un coronavirus desconocido, que puso en jaque a la humanidad. Esa es la parte de un gran problema global. Pero a eso se añade que Cádiz ya venía derivando de antes, sin rumbo fijo, sin ideas ni criterios en sus gobernantes, sin políticos adecuados para momentos en los que hace falta algo difícil: sabiduría. Así se ha agravado el problema, hasta convertirlo en irresoluble en las circunstancias actuales. El alcalde Kichi se esconde, no está para nada; y lo de menos es que acuda o no a un incendio provocado en el Hospital Puerta del Mar, sino que carece de proyectos para la ciudad. Es incapaz de gestionar el caos sobrevenido.
HAN pasado más de 40 años desde aquel 28 de febrero de 1980, cuando los andaluces votaron su autonomía. La Andalucía de hoy afronta algunos peligros parecidos a los de entonces. Nunca deberíamos olvidar que aquel referéndum sirvió para unir a un amplio sector de los andaluces. Unirlos contra los privilegios que el Gobierno intentaba que sólo fueran para las nacionalidades históricas reconocidas en la Constitución: Cataluña, País Vasco y Galicia. Es decir, las que tenían lengua propia y las que habían alcanzado prerrogativas en la Segunda República. Por el contrario, Andalucía debía ganarse la autonomía en un referéndum con muy duras condiciones.
LA exposición In nomine Dei probablemente es la mejor sobre temática cofradiera que se ha organizado en los últimos años. Me refiero al siglo XXI. En el anterior, en 1983, pudimos ver la exposición Sevilla en el siglo XVII en el Pabellón Mudéjar de la plaza de América, donde admiramos por primera vez en Sevilla el Cristo de la Agonía, de Vergara, obra de Juan de Mesa. A la exposición organizada por el Consejo en la sede de la Fundación Cajasol sólo le faltan imágenes titulares, que en Sevilla no se ceden para exposiciones, al considerarse pecado mortal que no estén recibiendo culto. No obstante, incluyen algunas imágenes de santos, como la Magdalena, de las Aguas, que talló Luis Álvarez Duarte, y que está junto a otras secundarias espléndidas como el Cirineo de las Tres Caídas de San Isidoro, los ladrones de la Exaltación o los Santos Varones de la Carretería.