EN el Carnaval, cada 20 años, se suele decir lo contrario de lo que se decía. Por ejemplo, cuando el Ayuntamiento era el organizador oficial del concurso del Gran Teatro Falla se quejaban y afirmaban que debían ser los carnavaleros quienes se autogestionaran. Sin embargo, ahora muchos carnavaleros prefieren que lo organice el Ayuntamiento. Se debe entender que no es porque esté Kichi de alcalde, sino que es por la propia institución. Y, además, que para las críticas resultaría mucho mejor. En esto pasa como con el Cádiz CF, el mejor del partido es el que no juega.

HA sido un acierto que el Carnaval de este año tribute un homenaje a Pepe Mena. No sólo porque fue el concejal de Fiestas en 1979, tras las primeras elecciones municipales democráticas, sino porque le tocó vivir la Transición y poner las bases del Carnaval contemporáneo. Mena era comunista, al viejo estilo, del PCE de Santiago Carrillo y Rafael Alberti, quiero decir. En el Carnaval fue un hombre coherente. Intentó adaptar la fiesta al pueblo gaditano, y no porque se le ocurriera a él, sino porque era el sentir generalizado, como se había comprobado con el traslado a febrero, que ya se lo encontró.

HOY es 1 de febrero y  muchas agrupaciones no han debutado en el Falla. Cada cual tiene sus preferencias, pero a la mayoría nos gusta el Carnaval en febrero y la Semana Santa a finales de marzo o principios de abril. La concejala de Fiestas, María Romay, hizo un intento por imponer un Carnaval de fechas fijas, que incluyera las celebraciones callejeras el 28 de febrero, sí o sí. Un grupo de aguerridos carnavaleros, comandado por Miguel Villanueva, dijo que nones, se plantó, y la cuestión fue zanjada, al menos hasta después de las elecciones municipales.

HOY es el primer viernes de Cuaresma. Las fiestas del Carnaval llegan a sus últimos días. Aunque el dios Momo fue quemado el martes, tras el segundo pregón, el de Antonio Martín, que para muchos (entre los que me incluyo) fue mejor que el primero de las Chirigóticas. Esta es una más de las contradicciones de nuestro Carnaval, que en algunos aspectos necesita una revisión para la que falta valentía y sobra conformismo. En los meses siguientes a esta fiesta se hablará mucho de mejorarla, para que siga siendo casi igual porque no se atreven.

LAS quinielas de los finalistas del Carnaval son fáciles de acertar. El margen de error en las apuestas es mínimo. A pesar de las preliminares, los cuartos y las semis, si antes de empezar se hace un pronóstico, muy manta hay que ser para no acertar 12 finalistas como poco. No se puede decir que las plazas se concedan de antemano. Sin embargo, hay unos criterios de gustos que se mueven poco, por lo que algunas agrupaciones compiten resignadamente, sabiendo que no pasarán de cuartos, o como demasiado de semis, excepto que ocurra un milagro inesperado. El coro de Nandi Migueles, la comparsa de Kike Remolino y la chirigota de El Sheriff se han quedado a las puertas. Siempre hay alguna sorpresa, que es como la guinda del pastel.