HA sido triste que el filial del Cádiz no ascendiera a Segunda B. Será difícil tener una oportunidad mejor. Señoras y señores, bastaba con empatar a cero en casa con el Ejea, un equipo veterano, pero cortito técnicamente. ¿Por qué no se jugó ese partido en Carranza? ¿Hubiera sido peor? Lo dudo mucho. Esta eliminatoria decisiva la regaló el Cádiz B, con un fallo ingenuo del portero David Gil, que por otra parte había sido decisivo para que el equipo se clasificara líder de su grupo. Pero también se perdió el ascenso por ineficacia goleadora, porque no fueron capaces de marcar ni un gol al Teruel en la eliminatoria primera para el ascenso directo.

Mere firmó una gran temporada como entrenador, con el lunar negro final de desperdiciar el ascenso dos veces en las eliminatorias. Sólo compitieron bien ante el filial del Alavés. El Cádiz B cuajó una primera vuelta esplendorosa, se destacó en cabeza, pero llegó justito al final. Si la temporada dura dos partidos más, el Ceuta lo hubiera superado como líder. En la fase de ascenso se mostraron inexplicablemente bisoños ante Teruel y Ejea, dos rivales inferiores. El filial perdió potencial ofensivo en la segunda vuelta. Se mantuvo vivo por los goles de Manu Vallejo y por la seguridad defensiva, incluido el portero David Gil. Lamentablemente, el día que se jugaban la última oportunidad de ascenso, no estaba Manu Vallejo por lesión, y el portero falló al intentar blocar un balón que podía despejar de puños fácilmente. Así, con simpleza, nos quedamos sin un filial en Segunda B, que era importante para revalorizar la cantera y utilizar algunos jugadores en el primer equipo con más fiabilidad. 

También se ha quedado el filial sin el entrenador. Mere ascendió al equipo a Tercera, lo dejó líder y le faltó muy poco para conseguir el ascenso a Segunda B. Mere debía seguir, para volver a intentarlo la próxima temporada. Ha sido el único entrenador que ha entendido al filial en los últimos años. Aunque tenga otras aspiraciones, se le debió explicar que su futuro bien podría estar en el Cádiz.

Con su salida, se da a entender que comienza un cambio de ciclo. Cuando eso ocurre, lo normal es que la próxima temporada  sea peor. Ascender es difícil. Curiosamente en el grupo X sólo ha subido el Atlético Sanluqueño, que quedó cuarto, por detrás de Cádiz B, AD Ceuta y Algeciras.

En el Cádiz B hay varios jugadores con nivel para llegar al primer equipo. Para eso hace falta un entrenador del Cádiz A que los suba, que los cuide, que los haga competitivos, que ofrezca oportunidades sin quemarlos… En fin, que los trate con inteligencia. Así es como salen futbolistas en otros clubes y como salieron Pepe y Salva Mejías, Paco Baena o Kiko Narváez.

Manu Vallejo y algunos de sus compañeros se merecen esa oportunidad. La cantera también sirve para ganar dinero. Eso lo sabe Manuel Vizcaíno, porque fue una de las claves del salto de calidad del Sevilla, junto a los fichajes de Monchi y la gestión de su amigo José María del Nido, más allá de lo que le pasó en la Marbella de Gil. La cantera no se puede descuidar, ni caer en la frustración, tras perder un ascenso del filial a Segunda B que parecía en el bote.

José Joaquín León