NO es por casualidad. Tres partidos consecutivos ganados (dos de ellos en Carranza), con nueve puntos para tener otras sensaciones. ¿Qué ha pasado? El entrenador, Álvaro Cervera, cuando estaba en modo réquiem, rectificó y ha encontrado el acierto, junto a más suerte. Ha recuperado a Garrido, que es la mitad del éxito de su estrategia, ha hallado un central fiable en Sergio Sánchez, ha dado su brazo a torcer con Brian Oliván, ha conseguido que Salvi vuelva a correr como un ciclón y a dejarse de niñaterías, ha adaptado a Jairo a la otra banda, y le ha beneficiado que Lekic se ha reencontrado. El equipo ya no es una banda de futbolistas desganados. Y, además, ha nacido una estrella de la cantera: Manu Vallejo.

En los momentos más duros, hay que tomar las grandes decisiones. Álvaro Cervera estaba en el alambre, al Cádiz le salía casi todo mal, parecía imprescindible un buen revulsivo. Pero, de momento, ha resultado que el revulsivo es él mismo, cuando dejó de hacer tonterías, cuando puso a los que se lo merecían, y cuando le dejó claro a los que estaban mamoneando que se iban a hartar de ver partidos en la grada. En ese aspecto, no le ha temblado el pulso, y hay que reconocerlo. Ahora está sometiendo a una cura de humildad al mismísimo Álex, al deseado Aketxe y al intermitente Perea. Es el momento de otros jugadores.

Es el tiempo del equipo que goleó al Elche en la segunda parte. El Cádiz empezó con dos delanteros, Manu y Lekic, y dos extremos puros, Salvi y Jairo, frente a la defensa de cinco del Reus. Demostraron que esta temporada han mejorado en el manejo del balón y que hay otros recursos, además de defender panza arriba y dar balonazos a seguir. A los siete minutos, un centro de Salvi, que había sido desviado, lo remató Manu Vallejo con un cabezazo digno de un ariete puro. Golazo que le dio mucha confianza al Cádiz.

Lekic pudo marcar varios goles. Lo tuvo clarísimo en la mejor oportunidad del primer tiempo, con un remate solo ante portería, al que respondió Edgar Badía con un paradón de reflejos. Y por fin lo consiguió, al comienzo del segundo tiempo, remachando el gol de la tranquilidad. Lekic parece recordar al de sus mejores temporadas desde que encontró la vía del gol ante el Espanyol y sirvió de revulsivo ante el Elche.

Con el 2-0, el Cádiz intentó ampliar la ventaja con varias ocasiones, a sabiendas de que al míster le interesaba más mantener el cero en el marcador del rival. La consistencia atrás ha mejorado con Sergio Sánchez. Pero también con el retorno de Garrido. Todas las temporadas fichan a un medio que en teoría lo dejará de suplente, pero siempre se confirma que es imprescindible para levantar la muralla por delante de la defensa. Edu Ramos tendrá que esmerarse para jugar más minutos.

Los cambios fueron testimoniales, especialmente el de Manu Vallejo en la prolongación. Con este futbolista se está confirmando que saber utilizar a la cantera es muy importante. Sobre todo si son como él, que no se arruga, quiere triunfar, y ha contagiado a los que vivían arrugados. El domingo, en Córdoba, hay otra ocasión para que siga la racha.

José Joaquín León