RESULTADO engañoso. El 1-3 no guarda relación con el partido. Lo normal hubiera sido que el Cádiz perdiera en Córdoba. Ganaron en los últimos minutos, cuando resultó providencial la entrada de Aketxe en el tercer cambio. Bajo una fuerte lluvia, estaba dando la sensación de que el Cádiz se conformaba con el empate, después de un partido repleto de imprecisiones. Pero en esta categoría  equilibrada, la fortuna pone y quita puntos. El Córdoba estrelló tres disparos en la madera y tuvo casi siempre el mando. Pero su defensa es un coladero y el Cádiz, a última hora, supo aprovecharlo.

El entrenador, Álvaro Cervera, hizo lo normal: confiar en el equipo de la segunda parte ante el Elche y de la victoria ante el Reus. En Córdoba no funcionaron igual. Era difícil dejar fuera a Salvi, Jairo, Manu o Lekic, pero en este partido necesitaba a Álex desde el principio. En la primera parte, Garrido y José Mari se las vieron y desearon. Eran incapaces de generar contragolpes. Las imprecisiones abundaban, con descontrol absoluto del balón y pases al rival.

El Córdoba de Sandoval (que tras la derrota ha perdido el  empleo) pareció la víctima de un vudú. Tuvo que improvisar dos cambios antes del cuarto de hora por las lesiones fortuitas de Jaime Romero y de Jovanovic. También estrellaron un remate en un poste. En la izquierda del ataque local Javi Galán era una pesadilla para Rober Correa, mientras que Brian también pasaba apuros. Los extremos del Cádiz, Salvi y Jairo, no entraban nunca con peligro. A Lekic y Manu Vallejo no les llegaba un balón. Milagroso fue que se alcanzara el descanso con 0-0.

Después llegó la sorpresa. En una jugada iaislada, muy bien resuelta por Manu Vallejo, consiguieron el 0-1. Apenas pasó un minuto cuando un lamentable despeje de Correa, que no tenía su día, permitió a De las Cuevas empatar desde fuera del área. Tras eso llegó el cambio de Lekic por Álex, para frenar el desbarajuste, y el de Manu Vallejo, lesionado, por Carrillo. Sin embargo, el cambio decisivo fue el tercero, el de Salvi (que estuvo nulo en ataque) por Ager Aketxe, que  por fin recordó al de hace dos temporadas.

Antes de llegar a los cinco últimos minutos, cuando se desfondó el Córdoba, los locales tuvieron una ocasión clarísima: una falta lanzada por De las Cuevas al larguero, con estatua del portero cadista. Aunque Cifuentes salvó dos goles en dos salidas. Al final se estaba llegando con rezos para empatar, que ya parecía demasiado premio con lo que se veía.

Y se ganó, con un saque de esquina de los buenos de Aketxe que el central Marcos Mauro cabeceó sin apelación posible. Minuto 89… El Córdoba agonizaba, y aún así lo intentaba, ya con desesperación. Pero fue Aketxe el que aprovechó el último contragolpe amarillo para empujar de cabeza el balón a la red.

Como decía aquel recordado periodista deportivo que fue José María Valle, en sus tiempos de la Hoja del Lunes, no lancemos las campanas al vuelo.  Y miren el calendario: con la excepción del Rayo Majadahonda, todos los rivales del Cádiz hasta el final de la primera vuelta son candidatos al ascenso. Ahí se verá el nivel.

José Joaquín León