EN los partidos equilibrados, unas veces sale bien y otras mal. Lo mejor para el Cádiz fue el resultado. Tuvo que remontar y se encontró con un gol en propia puerta y otro tirando a churrete. Pero cuentan los tres puntos, que son como seis, por conseguirlos ante el Almería. un rival directo que se vuelve a alejar. Al Cádiz se le siguen viendo muchas carencias. No funcionó como se espera de un líder, ni en ataque, ni en defensa, ni en el centro del campo de emergencia. Pero ganó, que es lo que cuenta. Otras veces, haciendo lo mismo, no lo ha conseguido.

En la alineación había novedades, unas a la fuerza, y otras para estimular o dar avisos. Como no estaban Garrido ni José Mari formaron el doble pivote Bodiger y Edu Ramos. En ataque, Álvaro Cervera le dio otra oportunidad como titular a Iván Alejo y reservó a Salvi para revulsivo. En punta volvió el Choco Lozano, que sigue con la racha negativa, aunque estaba ahí en el gol del empate.

Antes de eso se había adelantado pronto el Almería, en el minuto 10, en una jugada lamentable para el Cádiz. El árbitro Díaz Mera pitaba todo en contra del Cádiz. No quiso saber nada de una posible falta a Iván Alejo que estuvo en el origen de la jugada. Pero después Fali fue superado en velocidad por Darwin Núñez. El balón le llegó a Corpas, cuyo remate salvó Espino con Cifuentes batido, pero el balón le volvió a caer a Corpas, que esta vez acertó, mientras los defensas se quedaban mirando y el portero reaccionaba tarde.

Gol de los que mosquean al entrenador. Menos mal que en el Cádiz hay un futbolista llamado Perea, el único que encara y desborda. Siete minutos después del 0-1, en una jugada suya, el centro hacia Lozano lo desvió el defensa Maras a su propia portería. En el VAR estuvieron revisando durante más de un minuto. ¿Para qué? Era de cachondeo, porque no había fuera de juego ni nada sancionable, como veía cualquiera.

Con el doble pivote el Cádiz andaba un poco desnortado y creaba poco peligro, aunque el Almería, que no atraviesa su mejor momento, tampoco inquietó. Lo más peligroso fue un casi penalti a Álex, en el que pitaron un fuera de juego que no había. Igual que antes le marcaron otro falso al Choco Lozano sin que terminara la jugada. Con las tarjetas también se notaba el arte del reparto.

El partido se decidió al cuarto de hora de la segunda parte, poco después de que entrara Salvi y rematara Álex a trompicones. No fue un gol vistoso, pero valió tres puntos de oro. A partir de ahí hubo momentos de apuro. Un balón del Almería que casi entra. El cambio de Bodiger para que entrara Sergio González, que pone muchas ganas, pero sólo aportaba atrás. El dominio visitante ya era absoluto. Tampoco se creó peligro con la entrada de Álvaro Giménez en sustitución de Lozano.

Así se llegó a un final agónico, en el que el Cádiz volvió a conceder un córner a poco del final, como acostumbra en casos de apuros. Menos mal que el Almería llegaba para nada. Con lo cual el Cádiz sigue en lo alto. Hay que apretar y recuperar sensaciones, sobre todo más firmeza atrás para no encajar goles como el de ayer y más remate de los delanteros.

José Joaquín León