VICTORIA merecida del Cádiz ante el Oviedo, conseguida con más dificultad de lo que refleja el marcador final. El penalti inesperadamente fallado por Álex condicionó el discurrir del partido, pero se pudo corregir antes del descanso y apuntillarlo antes del cuarto de hora del segundo tiempo. Dos goles del Choco Lozano, que marcó por encontrarse en el lugar donde debe estar un delantero centro: en el área y con la escopeta preparada. Partido en el que hubo detalles interesantes, decisiones no muy inteligibles en los cambios, y tres puntos de oro. Son los que valen para seguir como líderes.

En la alineación del Cádiz, apostó Cervera por un once bastante reconocible, que ha sido el titular en buena parte de la temporada. Con la salvedad de alinear como pivote al canterano Sergio González, que terminaría disputando con la cabeza vendada más de 90 minutos (contando las dos prolongaciones). Se lesionó en un encontronazo en el que se llevó la peor parte a poco de comenzar el partido. Y se debe elogiar el titánico esfuerzo que hizo en unas condiciones desventajosas, porque sangró en varias ocasiones a lo largo del partido. Mantenerlo hasta el final, con cinco cambios por medio, pudo servir tácticamente, porque se hartó de correr y pelear los balones, pero resultó bastante sádico.

Antes del minuto 10 llegó una de las jugadas determinantes del partido. Claro penalti por mano de Tejera en el área del Oviedo. Iglesias Villanueva (el mejor árbitro de los últimos partidos del Cádiz) no lo dudó. Álex es una garantía. No se le puede recriminar que falle un penalti, porque esta temporada había marcado todos. Sin embargo, en un partido trascendental como éste, no lo puede chutar de ese modo, centradito y predecible. Si está nervioso, que lo lance como en Huesca. El portero Lunin rechazó el balón.

Menos mal que el Oviedo fue conformista y no aprovecharon el desasosiego del Cádiz. Álex anduvo errante todo el primer tiempo y desperdició una contra de lujo, con un mal pase a Lozano, cuando estaba solo. No llegó el gol ahí, pero sí poco antes del descanso. Gran pase de Perea a Espino, que protagonizó una internada de coraje y calidad. Partidazo del uruguayo, que lo dio todo en el momento justo, como hacen los uruguayos cundo juegan de verdad. Le puso el balón en la bota al Choco Lozano, que cambió el partido.

Tras el descanso, en una jugada con centro de Salvi, mal despejado por la zaga azul, le llegó el balón al Choco Lozano para que marcara el segundo. Faltaba más de media hora todavía, y el Cádiz controló más o menos el partido. Cervera, con el carrusel del cambio, puso en juego a Akapo, Iván Alejo, Nano Mesa, el debut de Augusto y los minutitos de la basura para Pombo. El final pudo complicarse por varios despistes atrás, donde Marcos Mauro y Cala a veces despejaban mal, o se despistaban. Cuidado ahí, que pudo acabar con susto si Rodri hubiera tenido más puntería.

El Cádiz salió con más ambición, y eso fue lo mejor. Ya tiene medio pie en Primera, pero todavía le queda un pie y medio en Segunda. Ganar en Almendralejo sería otro paso hacia la gloria.

José Joaquín León