PREFIERO escribir sobre fútbol que sobre tribunales. Sin embargo, se debe reconocer que ambas actividades van íntimamente unidas. No es sólo un problema del Cádiz. Ha afectado a los principales clubes españoles, y a las grandes figuras, empezando por Messi, Neymar y ahora Cristiano Ronaldo. Se puede recordar que al olor de la mierda llegaron las moscas. Y al olor del dinero del fútbol (que fluye en una abundancia insultante, si se compara con las necesidades del resto de los seres mortales) acuden personas dispuestas a invertir más o menos honradamente, pero también un tropel de embaucadores y sinvergüenzas.

En el Barcelona han tenido ex presidentes ya condenados a penas de cárcel, como José Luis Núñez y Sandro Rossell, mientras Bartomeu tiene frentes abiertos. El caso espectacular de Jesús Gil, con lo que montó en Marbella, afectó al Atlético de Madrid durante varios años; y hasta salpicó a otros clubes, como el Sevilla, con José María del Nido. Casi todos los grandes clubes han tenido dirigentes con condenas importantes, menos el que ya ustedes saben, modelo de honradez y buen rollo en las recalificaciones multimillonarias de pelotazos legales. Una habilidad. De ahí el mosqueo de su estrella de oro, que se creía a salvo de los tribunales mundanos.

En el caso del Cádiz, además de la problemática entre Sinergy y Antonio Muñoz, que afecta a la propiedad del club, no se puede olvidar que Federico González y los familiares de Paco Puig mantienen denuncias pendientes de juicio contra Muñoz, que ya fue condenado. Aparte de otros casos y rifirrafes. También es verdad que casi todos los dirigentes que han venido al Cádiz (incluidos Pina y Vizcaíno) han tenido alguna relación con Muñoz en ciertas etapas. Y que “el cordobés” (como le llaman, igual que al “sevillano”, y no tanto al “murciano”) fue el último presidente que ascendió al Cádiz a Primera; aunque dos años después estaba en Segunda B, previo paso por Baldasano y Del Bosque.

Estamos curados de espantos. El Cádiz ha sobrevivido a dirigentes horrorosos. Y lo más curioso es que hay personas que han sido directivos con todos ellos. Y personas que se han peleado con  todos ellos. Es como un sainete. De todos los dirigentes que el Cádiz ha tenido en el siglo XXI, los peores con diferencia han sido los de Sinergy; y los mejores con diferencia Pina (en sus dos etapas) y Vizcaíno.

Por eso, es normal que cuando se conocen esas sentencias judiciales (a las que aún les puede quedar un recorrido muy largo) un espasmo de terror sacuda las conciencias amarillas. Pero tampoco hay que asustarse por las declaraciones del abogado Zarza. Está clarísimo que no hay ninguna posibilidad de que un presidente de Sinergy (empresa que ya no existe) aparezca en el palco de Carranza. Y si alguien piensa en romper el equilibrio accionarial, de la mano de esos tipos, se equivocaría gravemente. Por otra parte, parecen claras sus aspiraciones.

Este es un asunto que se debe resolver, pero mientras hay que ignorarlo y darle la importancia que merece: muy poca. A no ser que le quieran facilitar el negocio a unos señores que estuvieron a punto de hundir al Cádiz en Tercera.

José Joaquín León