PARA el Cádiz quedaba el premio de la eliminatoria de Copa del Rey, con un equipo de Primera, con un Betis que siempre despierta la rivalidad. Y adiós, muy buenas. Viendo los resultados de los partidos de ayer, con eliminatorias virtualmente resueltas a las primeras de cambio, no se entiende por qué se disputan a doble vuelta. El Cádiz pasará por el trance de visitar al Betis sin opciones reales de clasificarse. Ayer pudo conseguir un mejor resultado, si hubieran estado más acertados en el remate. No fue así, una vez más. Por lo demás, el Betis era superior y tuvo controlado el partido.

SI el Cádiz no mejora sustancialmente en los próximos partidos, se va a complicar gravemente la temporada. Ya no se trata de que se aleje de los puestos de ascenso, sino que puede caer de lleno en los de descenso. A este equipo se le notan defectos preocupantes. Juega como la pasada temporada, pero le sale peor. La diferencia es que no tiene a nadie como Aridane detrás, ni a nadie como Ortuño delante, ni a un futbolista como el Aketxe de la segunda vuelta que desatascaba partidos. En Huesca pudieron empatar en la segunda parte, pero la falta de gol es un lastre que lo penaliza. Otra vez vimos que el rival era superior.

FUE una decepción mayúscula, por el punto perdido y por la forma de tirar una ventaja de dos goles. El Cádiz no está en el mejor momento de la temporada. Ante una Cultural Leonesa que tiene luces en el ataque y grande sombras detrás, no fueron capaces de mantener el 2-0 con el que habían llegado al descanso. La victoria se esfumó en una segunda parte en la que el Cádiz fue inferior a su rival en todo: físicamente, técnicamente, tácticamente y hasta psicológicamente. Un equipo que se vino abajo.

CINCO partidos sin marcar un gol. A estas alturas, todavía tempraneras, parece claro que no recuperar a Ortuño (o fichar un delantero acreditado, de semejantes características) ha sido un grave error de planificación. En una categoría tan igualada se puede pagar muy caro. Unos goles de más o de menos significan la diferencia entre estar peleando arriba o abajo. A este Cádiz se le volvió a ver ante el Sevilla Atlético que en los actuales momentos sólo está para pelear por la salvación. Ante un rival que probablemente descenderá a final de temporada, desaprovecharon una gran ocasión de ganar.

EL Cádiz ha entrado en un bache que ya es muy preocupante. Ha conseguido un solo punto de los 12 últimos, sin marcar ningún gol, y ha encajado cinco goles en los dos últimos partidos. Ayer se rizó el rizo del más difícil todavía: el Cádiz falló tres penaltis. Sin quitarle sus méritos al portero Sergio Herrera, que detuvo los tres, hay que decir que Aitor y Barral (por dos veces) los lanzaron mal. Ahí estuvo la clave de este partido, que parecía equilibrado, y que el Cádiz pudo ganar si hubiera marcado alguno de los penaltis. El desastre se completó con dos remates acertados de Osasuna, que se estaba conformando con un punto.