AHORA resulta que los temporales también son responsabilidad de los enemigos políticos. Si uno es de Podemos le echa las culpas de la marejada y sus efectos dañinos a Rajoy, mientras que si otro es del PP puede insinuar que con Kichi se inunda más Cádiz. Ni siquiera en tiempos de Franco culpaban a la conspiración judeomasónica ni al comunismo soviético de las riadas e inundaciones, que entonces eran más frecuentes. Las catástrofes naturales suceden porque vivimos en un planeta llamado Tierra, que se encuentra en el Universo, donde el hombre es un microbio cósmico que no puede controlar todos los elementos, A ver si lo entienden.

Es verdad que se pueden adoptar medidas preventivas más eficaces. No obstante, Cádiz está donde está, prácticamente rodeada de agua por todas partes. De manera que si la mar se pone brava, en Cádiz puede ocurrir lo que está ocurriendo. La borrasca Emma, con sus oleadas, ha salido porculera, con varios días de temporal. Cualquiera que haya seguido un telediario habrá visto que los fenómenos costeros han castigado todo el litoral, no sólo a Cádiz. Y cualquiera que conozca algo del pasado de la ciudad sabe que los destrozos en el Campo del Sur son cíclicos y ocurren con frecuencia. Las tempestades del suroeste lo castigan de lleno, desde varios siglos antes de nacer Rajoy o de que se creara la demarcación de Costas.

Tampoco se puede quejar nadie si se destroza un chiringuito. Todo el que instala un chiringuito en invierno debería saber a lo que se arriesga. En invierno algunos años no pasa nada, pero otros años vienen mareas fuertes, que en condiciones extremas alcanzan el Paseo Marítimo. Hace algunos años, cuando existía el restaurante bar Jerónimo, en plena playa Victoria (a modo de chiringuito al que nadie llamaba chiringuito. porque eso sonaba a malagueño) era frecuente que se vieran escenas parecidas a las de estos días. El bar se iba a hacer gárgaras. También se perdían aquellas casetas de madera, que en ocasiones parecían buques fantasmas, rumbo a lo desconocido.

Señores y señoras, Cádiz no es como Madrid a efectos de marejadas. Cádiz tiene sus ventajas y sus inconvenientes. Tiene una Playa Victoria estupenda para el verano, pero que también existe en invierno. Y es curioso que se quejen del calentamiento global, cuando les entra el afán ecologista, y después quieren que los peores días del invierno sean tan plácidos como los veraniegos. Hay que ser coherentes y consecuentes. También deberíamos saber que Mariano, Susana o Kichi no son omnipotentes.

José Joaquín León