HOY vuelve a ser Domingo de Ramos. En los templos serán bendecidos ramos y palmas. En las calles y plazas todo está dispuesto para una nueva Semana Santa. Hay estrenos, como mandan los viejos cánones. En Cádiz hasta se estrena una carrera oficial; y es posible que el próximo año la vuelvan a cambiar. Habrá cambios de itinerarios. Habrá cambios en algunas bandas de música, en algún capataz, en muchos cargadores. Habrá niños que saldrán por vez primera, con una túnica de penitente o de monaguillos. Habrá hombres y mujeres que rezarán en una penitencia. O que ni siquiera podrán acompañar a sus imágenes queridas porque ya no están. Habrá instantes en que el Domingo de Ramos se acompasará en el recuerdo con la nostalgia de los que perdimos.

Habrá un momento especial, cuando la Semana Santa comience en San José. Regresó la Borriquita al que fue su barrio (si es sigue siendo un barrio, después de haber destrozado casi todas sus calles), a la parroquia desde la que salía cuando éramos niños, cuando veíamos avanzar penitentes con palmas bajo los cables del tranvía. Por la Avenida, seguirá también Jesús Despojado, que viene desde Salesianos. Es la Semana Santa que ensanchó sus límites en Extramuros.

También habrá bullicio, risas de niños, suspiros de madres o padres, en las calles de la ciudad histórica. El milagro de la Santa Cena baja desde Santo Domingo hacia San Juan de Dios. El Señor de las Penas y la Virgen de la Caridad saldrán de San Lorenzo por calles que en los últimos años no han recorrido. El Señor de la Humildad y la Paciencia, seguido por la Virgen de la Amargura, revive la Semana Santa tan clásica que se aprende en San Agustín.

Domingo de Ramos en las calles de Cádiz. Tantas novedades, tanto por ver… Domingo de Ramos ¿para qué? Puede pasar que te quedes con lo superfluo y te olvides de lo esencial. Puede ocurrir que nos fijemos en los detalles, pero no seamos capaces de distinguir el mensaje. Eso lo has escuchado muchas veces, y te suena a rollo, y admiras el colorido, y no eres capaz de entender que el velo morado de las tinieblas se alza ante los ojos y oculta la Verdad, que se queda tapada entre la luz del Domingo de Ramos.

Los dedos que bendicen en la Borriquita, la Cena del amor fraterno, las Penas serenas del Señor que avanza, los ojos vidriosos de la Humildad... La Amargura, el Amparo o la Caridad de la Madre. ¿Lo hemos visto? ¿O se quedó oculto detrás del velo que nublaba la mirada? Vale más un minuto de amor que mil flores que se marchitan.

José Joaquín León