LOS Cabildos de Toma de Horas del siglo XXI ya no son como los del siglo pasado. Entonces todavía quedaba la esperanza de marcar un gol en el último minuto. Es decir, que colaran algún cambio al final. A veces permitían a una hermandad dar una vueltecita por el barrio, aunque entraran al alba del otro día. El camino más corto era una frase a título indicativo. Antonio Domínguez Valverde, vicario general durante muchos años, se dejaba asesorar por el Consejo de turno, pero a veces ponía su sello. Ahora todo llega atado y bien atado. El Cecop manda mucho, más que un vicario, aunque no firmen la nómina de la Semana Santa.

Si ahora el Cecop dice que una cofradía no pasa por la calle Monsalves significa que va por Alfonso XII, y eso es lo que hay. Aún está reciente lo que ocurrió cuando el Gran Poder quería volver por la calle Francos. Este año, el director del Cecop, Rafael Pérez, y el delegado de Fiestas Mayores, Juan Carlos Cabrera, asistieron a la prueba del palio del Gran Poder por la calle Baños. Ahí es nada. ¿Cambios? Sólo los permitidos. Aunque nunca se cierre a gusto de todos.

Algunos plantearon, a ver si colaba, que la carrera oficial se recorriera al revés en la Madrugada, por motivos de seguridad. Y resultó que la Madrugada se quedó al derecho y que el Martes Santo se puso al revés. Y resultó que la Madrugada mantiene el mismo orden por el que protestan todos los años y que el Martes Santo aprobó otro orden desconocido. Puestos a experimentar.

En los antiguos cabildos de toma de horas era tradición que se levantara Juan Moya Sanabria, entonces hermano mayor de los Estudiantes, para protestar porque el Martes Santo, a la ida, no le dejaban pasar por la plaza de la Contratación. En el Consejo decían que ese cambio lo pedía porque su familia vivía en esa plaza. Pero Los Estudiantes ya pasaba por esa plaza a la vuelta. Cuando por fin dejaron que pasara a la ida se vio que era uno de los momentos más bonitos del Martes Santo. A Juan, además, lo nombraron pregonero de la Semana Santa, como lo había sido su padre.

Hoy se aprueba la nómina de la Semana Santa con todas las bendiciones. Todo el mundo está esperando a que lleguen el Martes Santo y la Madrugada. Para hacer los programas es un fastidio, porque  tenemos que cambiar todo (el Martes) y varios detalles importantes (en la Madrugada). Otros días presentan novedades, aunque menores. Ninguna Semana Santa es igual a la del año anterior.

Otros dicen que el Cabildo de Toma de Horas ya no sirve para nada. Pero es falso. Sirve para aprobar oficialmente los horarios e itinerarios. Sirve para desayunar después. Y sirve para que sepamos que sólo faltan dos semanas para el Domingo de Ramos.

José Joaquín León