SER gaditano de nacimiento es lo peor que te puede pasar para tener un reconocimiento en Cádiz. Desde que fue restaurada la democracia, todavía ninguno de los que han ejercido…
LA derrota del Cádiz ante el Sevilla puede parecer engañosa. Al minuto 90 se había llegado con empate. Fue un duelo competido, en el que el Cádiz tuvo aspectos buenos…
LA primavera sevillana no se entiende sin la información meteorológica. De todos y todas es conocida la importancia que alcanza en la Semana Santa. Ser meteorólogo en esos días se puede considerar como una profesión de alto riesgo. No sólo por el desprestigio de equivocarse, sino por las críticas posteriores.…
FALTAN siete días para las elecciones en el País Vasco. Los de EH Bildu sueñan con ganar. Sería su primera vez. ¿Pasearán en gabarra? El mejor padrino para botarla sería Pedro Sánchez, que tanto les ha ayudado, hasta el punto de que ya pocos se acuerdan de que son los…
HA sido una suerte para Sevilla que Leslie decidiera a última hora no venir a estropear el puente del fin de semana de la coronación de la Virgen de la Victoria, también llamado del Pilar, o de la Fiesta Nacional, la Hispanidad, etcétera. Estaban las criaturitas turísticas en la puerta de la Catedral, y por ahí, con la mujer del romero, en el check in de los hoteles y abarrotando bares, cuando se supo de la existencia de un huracán derivado a tormenta tropical llamado Leslie, que en principio iba a pasar por Canarias, pero que después cambió de ideas. Leslie venía por las Azores (unas islas de las más sufridas), y dijeron que seguiría por el Golfo de Cádiz y la costa atlántica andaluza, con riesgo de que se diera una vuelta por Sevilla. Nos echamos a temblar…
LA parábola tiene la ventaja de que puede ser del agrado de todos. Incluyo ahí a los lectores de la Biblia y a los de la revista Nature. Para los creyentes, la parábola es una narración simbólica de la que se deduce una enseñanza moral o ejemplar. Mientras que para los laicos la parábola es “una curva abierta formada por dos líneas simétricas respecto de un eje, en que todos sus puntos están a la misma distancia del foco y de la directriz (que es la recta perpendicular al eje)”. En caso de maremoto, puede haber olas parabólicas, pero se puede sacar un simpecado por si acaso. En resumen, unas parábolas se entienden mejor que otras. La del hijo pródigo es sencilla; y la del rico con el camello pasando por el ojo de la aguja también. A los ricos en el Evangelio los condenan, y en España los sacuden a impuestos Pedro y Pablo. Ser rico no merece la pena. Y divorciarse tampoco, como van a ver a continuación.
EL turismo en Sevilla funciona bien, el puente del Pilar ha sido un éxito clamoroso, lleno total en hoteles y bares… Ayer el alcalde Espadas lo proclamó con solemnidad. Pero siempre hay un pero. Por un lado, el turismo cutrefacto de los hooligans ingleses dando por saco; y por otro, que están buscando a los chinos que perdimos. Ese dato se dio a conocer (como quieren no quiere la cosa), coincidiendo con el congreso de las líneas aéreas asiáticas de bajo coste. Entonces se supo que en los primeros nueve meses del año llegaron a Sevilla 66.681 ciudadanos de China, Japón y Corea del Sur, lo que supone un 20% menos que el año pasado.
POR decirlo con propiedad, en Cádiz no gobierna la extrema izquierda anticapitalista, ni los podemitas críticos, sino que se ha convertido en el feudo del coleguismo. Después de aquellas polémicas decimonónicas entre el socialismo utópico, el comunismo científico de Marx y los grupos anarquistas, que se prolongaron en el siglo pasado, hemos llegado a unos tiempos diferentes, donde las disputas judiciales se establecen entre la Biblia y la revista Nature, que sería como una biblia científica, con sus profetas laicos de Madrid. Pero en Cádiz, ajenos a esas sutilezas, se ha inventado el coleguismo, que aspira a seguir en el poder cuatro años más. Porque unidos podemos. O eso esperan.
CUANDO la selección española de fútbol tenía su sede permanente en Sevilla no era conocida como La Roja, sino como La Selección. Eran los años en los que nunca pasaba de los cuartos de final. Tampoco pasaba con Javier Clemente, señalado como el entrenador que rompió la costumbre, después de un partido con Armenia, disputado en el Benito Villamarín, en 1995, en el que fue abroncado por no dar entrada a Cuéllar. Sin embargo, el verdadero motivo no fue ese, sino que la Federación Española de Fútbol tenía intereses comerciales para que La Selección diera la vuelta a España y jugara en otras ciudades.