HEMOS leído en la prensa (o sea, en el Diario) que este verano no van a funcionar los lavapiés ni las duchas en las playas de Cádiz, según ha confirmado…
LA derrota del Cádiz ante el Sevilla puede parecer engañosa. Al minuto 90 se había llegado con empate. Fue un duelo competido, en el que el Cádiz tuvo aspectos buenos…
SE suele recordar que la Feria de Sevilla fue ideada por un catalán, Narciso Bonaplata, y un vasco, José María Ybarra. Por supuesto, no eran un catalán y un vasco independentistas, ni la Feria ganadera de 1847, con sus 19 casetas en el Prado, era como la de 2024. Sin…
FALTAN siete días para las elecciones en el País Vasco. Los de EH Bildu sueñan con ganar. Sería su primera vez. ¿Pasearán en gabarra? El mejor padrino para botarla sería Pedro Sánchez, que tanto les ha ayudado, hasta el punto de que ya pocos se acuerdan de que son los…
DESDE que Juan Ignacio Zoido fue nombrado ministro del Interior, raro es el día en que alguien no se queja porque en Sevilla faltan policías. Antes también faltaban, pero el ministro no era de origen sevillano, sino que era Jorge Fernández Díaz, el de las escuchas telefónicas. Se supone que un ministro sevillano debe barrer para abajo, como barría Felipe González con el AVE. No es tráfico de influencias, sino inclinación natural. Para tráficos ya tiene a Gregorio Serrano, que ha salido indemne de los últimos temporales, a diferencia de aquella nevada. Pero no me desvío: a lo mejor no sólo faltan policías, sino que también sobran delincuentes.
SEGÚN los pronósticos de la Agencia Española de Meteorología (consultados sin pagar los 50 euros que pedirán a los cofrades pelmazos) todavía quedan por delante varios días de temporal en la costa gaditana. Emma, que ya figura en la historia local, se quedará con una justa mala fama. Por cierto que ha sido un gesto de machismo intolerable, que se puede unir a las reivindicaciones feministas, ya que el temporal se podría haber denominado Antonio, Teófilo o Blas, por ejemplo, y así no le hubieran tomado tirria a esa Emma, que ha sido como la suegra de Cádiz. Después de pasar Emma por aquí a ver qué nos encontramos.
SE habla mucho de las medidas de seguridad en Semana Santa, pero bastante menos de los accidentes callejeros que ocurren esos días. El 6 de diciembre del año pasado se publicó en este Diario una sentencia muy interesante y de consecuencias para recordar. No originó ninguna polémica, porque en aquellos días la gente estaba distraída con la campaña de Cataluña, el encendido de la iluminación navideña, la turismofobia del puente de la Inmaculada y otros asuntos que han perdido actualidad. Sin embargo, la juez de lo Contencioso Administrativo número 4 de Sevilla decidió algo importante: si alguien se cae en Semana Santa al resbalar por la cera en las calles, la culpa no la tiene el Ayuntamiento, ni Lipasam, ni las hermandades, ni los nazarenos... La culpa es de quien se cae.
ALGUNOS iluminados creyeron que el mundo entraba en los tiempos de la nueva política. Los indignados, los insumisos, los antieuropeos... El mundo se iba hacia los extremos de una nueva derecha y una nueva izquierda más radicales. Pero, en esa deriva (que supone alejarse de la moderación que se implantó después de la Segunda Guerra Mundial), el mundo ha desembocado en Trump y en Putin. Se cayó el muro de Berlín, se rompió el telón de acero. Y nos hemos encontrado con estos dos. Y con varios más parodiados este año en la chirigota del Selu en el Carnaval de Cádiz.
LA Cuaresma ha avanzado, atando crespones de luto en el palio de los recuerdos. Todos los años lamentamos ausencias. La fugacidad del tiempo tropieza con una Semana Santa que suponíamos eterna, pero que se nos escapa con la pérdida de unas personas que contribuyeron cuando vivían a hacerla como es. Entre esas bajas más recientes, están el sacerdote Camilo Olivares, el capataz Jesús Basterra y el cofrade Pedro Collado. Aportaron a distintos niveles, nos dejaron huellas imborrables.