HA sido un éxito el congreso de las Academias de la Lengua Española en Sevilla. ¿Lo ven? Mejor que la gala de MTV. Estos congresos se disputan cada cuatro años, como los Juegos Olímpicos y el Mundial de fútbol. O como las elecciones generales antes de Pedro Sánchez, eso ya lo escribí. Sin embargo, Juan Espadas debería hacer una oferta para que vengan a Sevilla todos los años. Al menos, Mario Vargas Llosa y Arturo Pérez-Reverte, a los que siempre es un placer escuchar. La estancia ha sido de lo más productiva. Han incorporado al Diccionario (y bendecido oficialmente) algunos términos coloquiales de nuestro entorno, como capillita, besapiés, sieso y arboricidio. Ya estaba simpecado. En la próxima edición lo podrían ampliar a revirá, mudá y armao; o el uso cofrade de contraguía.
HA muerto Antonio Dubé de Luque, que no era sólo un reconocido imaginero y cofrade, sino ante todo el último inventor que le quedaba a la Semana Santa contemporánea. Antonio era de una estirpe de otro tiempo. Suponemos que la Semana Santa es eterna, pero ha tenido inventores, que sembraron una tradición. Como Juan Carrero en las Penas de San Vicente, por citar otro ejemplo, en el que una cofradía fue transformada de la cruz al palio. Antonio Dubé de Luque reconstruyó los Servitas, que siempre fue su cofradía, y que hoy resultaría inexplicable sin sus aportaciones. Pero también estuvo en el grupo fundacional de la hermandad de la Sed. Y contribuyó de palabra y obra para que la Trinidad recuperase su paso alegórico.
HA causado sensación el éxito del mitin de Vox en Dos Hermanas. Territorio del PSOE, donde Francisco Toscano arrasa, siempre que hay elecciones municipales. Cercano también a Bellavista, donde comenzó todo con Felipe González. El Auditorio Los del Río no es como el Velódromo, pero han juntado a 4.000 personas en estos tiempos, que no son como los de Zapatero. Y es más difícil llenar 30 autobuses que dos taxis. Un día después del debate, llegó Abascal. A muchos les ha sorprendido que los votantes de Vox, incluso los asistentes al mitin, no tienen rabos ni cuernos, como tampoco tenían los comunistas que llegaron del exilio. En este país, a los otros siempre los ven raritos. Santi Abascal vive días de gloria, gracias a Pedro Sánchez.
EL debate electoral se ha acogido con un entusiasmo inusitado. Sólo se habla de eso y del Betis-Sevilla a la hora del recuento. Todos creen que ha ganado su candidato, incluso Albert Rivera, al que sólo le faltó enseñar el zapato de la Cenicienta. Esta es una campaña de una semana con un debate, lo que supone un respiro. Era la primera vez que debatían cinco, desde la extrema derecha a la extrema izquierda. Esa delantera a lo stuka, formada por Abascal, Casado, Rivera, Sánchez e Iglesias, ha sido otra novedad. Antes, en los buenos tiempos del bipartidismo, sólo había un cara a cara.
LA buena gente pregunta: ¿cómo es posible que se le haya escapado a Sevilla lo del Cambio Climático? ¿Acaso Juan Espadas no le hubiera pagado el viaje a Greta? Vamos a consolarnos. Hoy, en plena campaña electoral, arranca en Sevilla el XVI Congreso de la Asociación de Academias de la Lengua Española. En plena fiebre de eventos le ha llegado el turno a la lengua (a la española, por supuesto), en un momento sensible. Cada vez que hablamos de un evento, la gente pregunta: ¿quién viene? En este caso de la Lengua Española no es como en los premios MTV. Se ha destacado que las principales figuras que acuden son Mario Vargas Llosa y Arturo Pérez-Reverte. Pero estos dos ilustres escritores son conocidos en esta plaza. Con inferiores méritos a los suyos, algunos han sido nombrados hijos adoptivos. A Vargas Llosa o a Pérez-Reverte te los puedes encontrar por el hotel Colón, por la Magdalena, por el Arenal, y a nadie le extraña. No es como lo de encontrarse a un ornitorrinco en la Campana.