LOS fastos y fiestas del Corpus no comenzaron en los tiempos de Franco. Algunos creen (o eso dicen) que es un invento del nacionalcatolicismo de la posguerra. Sin embargo, en documentos históricos se puede comprobar que esta fiesta (creada por el papa Urbano IV en 1262) se celebraba con esplendor en los siglos XVII, XVIII y XIX. Fue la fiesta principal de Cádiz. Por lo cual todas las demás se deberían subordinar con orgullo. En el siglo XIX, como se puede leer en las guías de Rosetty, la fiesta se vivía en toda la ciudad. Incluso en la Cárcel Real, donde los presos eran convidados ese día a un banquete. La custodia del Cogollo, la custodia procesional y el carro de plata son obras de orfebrerías costosas, lo que denotan la importancia que tuvo.
NO sé si la gente se ha dado cuenta de la gran importancia de este evento, pero el concierto de Jennifer López en Cádiz puede abrir un antes y un después. No voy a decir que pondrá a Cádiz en el mapa de los grandes conciertos internacionales, porque ya está en el mapa: en un córner, al sur de Europa. Si bien su prestigio ha decaído, desde que la Casa de la Contratación con América se fue al garete. Y otro detalle importante: el concierto de Jennifer López en Cádiz se organiza en el estadio conocido como Carranza y llamado Nuevo Mirandilla. Supongo que esta vez los espectadores del fondo sur no entrarán en la segunda parte.
DE vez en cuando comprobamos que algunos de los problemas que padecemos han sido creados por los políticos. Por sectarismo. Pero también por incompetencia, o por errores. Un ejemplo lo tenemos con la polémica artificial que se ha creado en torno a las fiestas del Corpus y el Orgullo LGTBI+ en Cádiz. La decisión municipal, con la coincidencia, es absurda. Y no ha sucedido en otras ciudades. Viene de un error mayúsculo y crea una controversia donde no la hay. Ni las personas que acuden al Corpus tienen nada contra las del orgullo gay, ni al revés tampoco. Pero son ambientes y estéticas que no encajan. No es un problema de homofobia, sino de espacio y tiempo.
AL futbolista Jesús Joaquín Fernández Sáez de la Torre, conocido artísticamente como Suso, se le debería nombrar Hijo Predilecto de Cádiz. Más pronto que tarde, y por unanimidad. Estas son las medidas ejemplares que agradece la ciudadanía. Pues este joven de 31 años (hoy en día leemos noticias de jóvenes incluso de 40 años), nacido en Algeciras pero criado en Cádiz, ha decidido regresar para trabajar en su ciudad. Después de haber pasado 15 años trabajando en Liverpool, Almería, Milán, Génova y Sevilla. Después de rechazar una oferta de Arabia Saudí, a donde han ido hasta trabajadores de Navantia. Y eso no lo hace todo el mundo para vivir en Cádiz. Aunque aquí esté la mejor playa del sur de España, según la publicidad de los tiempos de José León de Carranza.
EN el nombre del puente Carranza se vuelve a observar que en Cádiz existe una gran preocupación por estos asuntos. El telón de fondo es la incoherencia, la falta de criterios y de ideas claras. Y tomar cuestiones discutibles como dogmas de fe. Por ejemplo, si el puente viejo se llama José León de Carranza, porque ese alcalde fue su impulsor, el puente nuevo se debería dedicar a Teófila Martínez, que fue su impulsora. Y también se debe tener en cuenta que el puente viejo (como el nuevo) enlaza Cádiz con Puerto Real, por lo que el Ayuntamiento gaditano, que no es el propietario actual del puente, no tiene vela en ese entierro de los nombres. Debe ser Óscar Puente quien le ponga el nombre al puente, ya que depende del Ministerio de Transportes, el mismo donde ejerció José Luis Ábalos cuando aquellas mascarillas.