SE puede considerar que la Gades romana está teniendo un notable éxito de público. Y no es sólo porque en Cádiz siempre que se mueve algo acude gente a verlo. Además, parece que se han currado mejor a los romanos que a los fenicios del año pasado. Ambas celebraciones (y las que están por venir en los dos próximos años, gracias a la iniciativa del alcalde Bruno) nos confirma que esta es una ciudad que recuerda bien su pasado, en cuatro etapas fundamentales: Gadir de los fenicios, Gades de los romanos, y la Cádiz americana y la Cádiz constitucional. Por el contrario, los moros pasaron sin pena ni gloria por la ciudad, a diferencia de Sevilla, Córdoba o Granada, donde dejaron patrimonio de la humanidad. Por eso, no se les ha dedicado nada, ya que esta ciudad empezó a mejorar cuando la reconquistó Alfonso X el Sabio. Aunque ese rey no tiene ninguna calle dedicada, ni siquiera una estatua como las de Moret o Castelar.
A lo largo de la historia de España, unas razas y civilizaciones han estado mejor vistas que otras. De modo que unos caen bien y otros mal. Y es curioso que la memoria histórica no ha cambiado nada, porque hoy los que caen bien y mal son los mismos que en los tiempos de Franco, como se aprecia con los romanos y los judíos. Los romanos siempre han caído bien y se ponen de ejemplo para la civilización. He oído: “los vascos son brutotes porque no fueron romanizados”. Y los judíos han sido odiados desde veinte siglos antes de que Netanyahu bombardease Gaza. Se aprecia incluso en los pasos de misterio de la Semana Santa.
NO hace falta ser el pitoniso Pito ni la pitonisa Rita para darse cuenta. Vamos a tener elecciones más pronto que tarde. Y no me refiero a las de Andalucía, que corresponden en junio de 2026, sino a que Pedro el Pacífico está preparando su cruzada para seguir en la tierra santa de la Moncloa. Para lo cual necesita que el PSOE sea el partido más votado cuando convoque elecciones. Quizás cuando le rechacen los presupuestos. Y, por otra parte, en Andalucía está diciendo Juanma Moreno que no adelantará las autonómicas, pero puede ser una estrategia para pillar al rival por sorpresa. Viendo lo que ha pasado con el anuncio gracioso del suelo para el hospital de Puntales, tenemos la primera piedra para la campaña.
LA dana de Valencia de 2024 fue una gran catástrofe, en la que murieron 219 personas. Pero murió algo más: la inocencia de los políticos ante las catástrofes naturales. Es cierto que la gestión de Carlos Mazón aquella tarde fue penosa, y que debió dimitir. Pero no se puede suponer que hubieran muerto menos personas, en caso de enviar antes las alertas, ya que algunos fallecieron cuando veían la inundación y se arriesgaron sin medidas de autoprotección que son elementales. Pero lo peor es que se han utilizado las mentiras de la dana como una forma de hacer daño, con la excusa de buscar responsabilidades políticas.
AL iniciarse un nuevo curso (también político), y haber cumplido el paso del ecuador de su mandato, es natural que en Cádiz se evalúe la gestión del alcalde, Bruno García. Con el morbo añadido de que ganó las elecciones municipales de 2023 por un solo concejal, con lo cual se supone que en 2027 lo tendrá complicado. Aunque peor lo puede tener la oposición, después de comprobarse que su aportación al progreso de Cádiz es ninguna, ya que se limitan a quejarse. En este periodo, el alcalde ha mostrado su cara más agradable y también su cruz. Con lo cual se concluye que será el favorito para ganar en 2027, pero debe tener cuidado para no complicarse él mismo.