EN esta ciudad y en esta provincia los problemas de infraestructuras y obras públicas son eternos. Hay varios clásicos. Uno de los más recurrentes es la alta velocidad ferroviaria. Al llegar el AVE a Asturias, vuelve a la actualidad el AVE de Cádiz, que no existe, aunque el Ministerio de Transportes lo incluya en el mapa ferroviario por la cara. Tanto el PSOE como el PP han capeado el asunto como han podido. Teófila Martínez advirtió, en tiempos de Rajoy, que a Cádiz llegaría la “velocidad alta”, que resultó no ser lo mismo que la “alta velocidad”. Antes, Manuel Chaves, siendo presidente de la Junta, afirmó en un Foro Joly, celebrado en el Palacio de Congresos en 2008, que el AVE a Cádiz sería inaugurado en breve por el presidente Zapatero. Y, entre el general jolgorio, dijo que tardaría tres horas y once minutos desde Cádiz a Madrid.

DESDE los tiempos de Manuel Irigoyen, el Cádiz CF es un club con mucha literatura. Con abundantes cuentos, en especial. Con bastante poesía, en según qué momentos. Y con una narrativa que sitúa al Cádiz muy por encima de lo conseguido con sus resultados deportivos. Por ejemplo, jamás ha disputado una competición europea, pero es uno de los clubes españoles que entró en el top 10 de la venta de camisetas. Ahora su literatura se engrandece con un nuevo libro, Eso no estaba en mi libro del Cádiz CF, del que es autor Pedro M. Espinosa, periodista de Diario de Cádiz, y que ha sido publicado por Almuzara, la editorial presidida por el escritor y ex ministro Manuel Pimentel.

LA Universidad es muy importante para Cádiz. Costó un gran esfuerzo conseguirla. Y si bien es cierto que la fundación fue aprobada en 1979, la tradición universitaria estaba asentada con la Facultad de Medicina, una de las más prestigiosas de España, continuadora del Real Colegio de Cirugía, fundado en 1748. Sin embargo, a pesar de la historia, la tradición universitaria de Cádiz capital no alcanzó tanta fuerza como en Salamanca o Granada. Y los intentos de capitalizar la Universidad tropezaron con la dispersión de la provincia y la Bahía. Ya no estamos en el siglo XX, cuando se planteó esa polémica, siendo alcalde Carlos Díaz. El nuevo rector, Casimiro Mantell, se deberá adaptar a los tiempos. Valcárcel es sólo una parte vistosa del problema.

NOVIEMBRE es el mes en que más se recuerda a Manuel de Falla. Nació en Cádiz el 23 de noviembre de 1876 y falleció en Alta Gracia (Argentina) el 14 de noviembre de 1946. Sus restos reposan en la cripta de la Catedral de Cádiz, junto a los de José María Pemán, que fue amigo del músico e influyó para recibiera sepultura en su ciudad natal. La Fundación Manuel de Falla tiene su sede en Granada, y todavía hay algunos que lo suponen granadino, por sus vínculos y vivencias en la ciudad de la Alhambra. Sin entrar en reivindicaciones catetas, es obvio que la ciudad de Cádiz mantiene una deuda moral con Falla. Empezando por las controversias para adquirir y establecer un museo en su casa natal de la Plaza Mina.

POR su ubicación y su tamaño, Cádiz es una ciudad complicada para el tráfico. Sería deseable un centro histórico peatonal, por el que no circulara ningún automóvil. Pero esa aspiración tropieza con los intereses de unos 50.000 gaditanos y varios miles de turistas. Personas que residen, trabajan o pasan cada día por la ciudad histórica, el Cádiz de siempre, que es el alma de la gaditanía. Tampoco se trata de que vuelvan los coches a la calle Ancha, como antaño. Pero el Ayuntamiento debe adaptarse a la realidad. Por eso, es un acierto que vuelva el tráfico a la calle Veedor, que nunca debió ser peatonal.