TRAS las obras de rehabilitación, se puede transitar por el gaditano Paseo del Vendaval. Fue muy bonita la foto de portada que publicó el Diario, en la que se veía al alcalde, Bruno García, y la subdelegada del Gobierno, Blanca Flores, dándose la mano, en señal de unidad para colaborar. Pues no suele ser habitual esa camaradería entre un político del PP y otra del PSOE, ni que colaboren en nada. Lo que han unido los vendavales, que no lo separe el destino. Y que se extienda a los castillos, los baluartes, las puertas y las murallas. Ese Paseo del Vendaval tiene un nombre descriptivo, y no se le ha dedicado a ninguna persona física, ni química. El paseo tiene un valor simbólico para Cádiz, que es ciudad de vendavales.

ERA viernes 13 (día considerado de mal fario) cuando se hizo público que el ministro de Transportes, Óscar Puente, había destituido al presidente de Adif, Ángel Contreras, por el caos ferroviario en España. Esa misma mañana hubo dos averías importantes, una en Barcelona y otra en Madrid, que afectaron a los trenes AVE de casi toda España. Un ejemplo: el tren AVE matutino entre Barcelona y Sevilla salió de la estación de Sants con tres horas de retraso. En Córdoba, obligaron a los viajeros a bajarse del AVE y subirse a otro más viejo. Llegaron a Sevilla con más de tres horas de retraso sobre el horario oficial previsto.

EN la ciudad de Cádiz cada año hay más perros y menos niños. Eso se refleja en las estadísticas del INE, en las meadas callejeras y en el cierre de colegios, ya que todavía no es obligatoria la educación canina general básica. Así pudiera ocurrir que, en las próximas décadas, en Cádiz todas las playas sean caninas, excepto alguna en la que se reservaría un espacio para personas humanas. Dicho espacio, a su vez, se debería subdividir entre personas humanas nudistas y personas humanas textiles. Por lo que algunos de nuestros lectores y lectoras (entre los que todavía no hay ningún perro ni perra) sólo se podrían bañar en algún módulo de la playa Victoria. O en dos, con un poco de suerte.

A los problemas crónicos de las piedras gaditanas se suma el desinterés y la la falta de cuidados del Ayuntamiento en los últimos años. Ya he escrito en otras ocasiones que Cádiz está habaneada (es decir, con un deterioro y decadencia como el de la capital cubana), y que los ocho años de abandono del kichismo y sus compadres de AIG se notan más con el paso del tiempo. Es como si uno vive en una casa palacio y no le hace obras durante muchos años. Se termina convirtiendo en una infravivienda. Cádiz es como una Casa Lasquetty, que fue un palacio y después se convirtió en infravivienda, por lo que necesitaba una rehabilitación de la Junta de Andalucía. Cádiz necesita una financiación singular del Gobierno central y de la Junta, porque a Cádiz se le viene la casa abajo.

LA Puerta de Tierra no es una excepción. Es lógico y natural que sufra problemas de conservación, agravados por el abandono de los últimos años. En Cádiz se cae todo piedra a piedra. A lo largo de su historia, han sido frecuentes las restauraciones de las murallas y demás piedras gaditanas, que necesitan constante atención. Por el clima húmedo y las características de la pedrería gaditana. Cualquiera que pase por las hemerotecas para ver diarios antiguos, o consulte las guías de Rosetty del siglo XIX, comprobará que este es un problema constante. Reciente está la apertura del Paseo del Vendaval tras las obras, o los trabajos en el baluarte de la Candelaria para consolidar las salas y casamatas. Y ahora, las filtraciones y grietas en las Puertas de Tierra y sus bóvedas.