ERA casi imposible que el Cádiz consiguiera el milagro de disputar las eliminatorias de ascenso. Esa oportunidad se tiró a la basura el pasado martes en Carranza, con la derrota ante el Extremadura. Sin embargo, en Gijón, el Cádiz volvió a mostrar su impotencia, el bajón psíquico con el que ha llegado a los dos últimos partidos. Es triste, porque en Granada hizo lo más difícil. Ha ocurrido lo mismo dos temporadas seguidas. No ha sido por casualidad. Es un fracaso, sí, porque la permanencia ya estaba casi asegurada en enero, cuando el Cádiz fichó a Machís para buscar el ascenso. No se debe engañar a la afición.

En Gijón, salía el Cádiz con la imperiosa necesidad de ganar, por si sonaba la flauta. Para la ocasión, Álvaro Cervera decidió prescindir como titulares de Sergio Sánchez (que despejó el balón del rebote del gol del Extremadura); de Álex Fernández, (que no fue capaz de convertirse en el director de orquesta en ese partido); y de Lekic (que fue un alma en pena en el primer tiempo del martes). Le dio la oportunidad a Jovanovic, cuya mayor aportación fue un disparo que pasó a unos 15 metros de la portería, antes de ser relevado en el descanso. Volvió a la titularidad José Mari, con Fali en el pivote. Atrás optó por Kecojevic y Marcos Mauro como centrales. Todo anecdótico.

Parecía que el Cádiz salía a por la victoria, pero fue incapaz de crear una sola jugada peligrosa. El Sporting jugaba con algunos jóvenes de la cantera, entre ellos el portero Christian Joel, que se fue inmaculado. Por el contrario, el portero del Cádiz, Alberto Cifuentes, que no ha tenido suerte en el final de Liga, cantó en el primer disparo a puerta que le hicieron, desvió mal el remate de Djordjevic y facilitó que Nacho Méndez marcara. Ha quedado claro que para la próxima temporada deben fichar un portero titular.

También ha quedado claro el lamentable agravio que ha sufrido el Cádiz con la sustracción de Machís y Manu Vallejo para los dos últimos partidos. Los más viejos del lugar dicen que con Irigoyen no hubiera pasado. Machís, la figura del equipo, se fue casi dos semanas antes de que empiece la Copa América el próximo viernes. Más ridículo es lo de Manu Vallejo, al que la RFEF se ha llevado, a pesar de que España debuta en el Europeo el próximo domingo 16, y no es titular indiscutible con los sub 21. Se han burlado del Cádiz.

Con los que había en El Molinón era difícil marcar. Jairo fue el que más corrió, pero no puso ningún centro en condiciones. Salvi, cuando entró, confirmó que no parece el mismo de años pasados. Querol es un delantero bullidor, que necesita mejor compañía. Aketxe, sin estar fino, fue sustituido en el segundo tiempo, aunque no era de los peores y nunca se sabe si colará un zambombazo.

Tampoco importaba. Desde que marcó el Deportivo, la suerte estaba echada. En realidad, estaba echada desde el martes. Con lo que se ha visto en estos dos partidos, es innegable que se ha agotado un ciclo. Esta semana ha dado la sensación de que tenemos el enemigo en casa. Es decir, se debe empezar por recordar a algunos que fue bonito mientras duró, pero que este cuento se ha acabado.

José Joaquín León