EL Cádiz regresó a la competición y se conformó con un puntito en Ponferrada. Al final, hasta pudo ser peor, porque la expulsión de Quezada en el minuto 85 volvió a dejar al Cádiz en inferioridad, una vez más. ¿A qué está esperando el club para enviar un video de los últimos arbitrajes a quien corresponda? El de ayer, Pulido Santana, estaba dentro de un orden, hasta que en los últimos diez minutos empezó a mostrar sus habilidades. Pero si el Cádiz no pudo empezar el año con victoria fue por su nulidad en ataque. También es verdad que en la primera parte jugaron a no perder.

En la alineación había una buena noticia: el regreso de Cala. Es el mejor central del Cádiz, incluso saca el balón jugado, y forma una pareja excelente con Fali. Cuando falta uno de los dos, se nota. Otra novedad atrás era la titularidad de Quezada. Se supone que como castigo a Espino por lo que hizo ante el Numancia. Álvaro Cervera suele penalizar ciertos errores. Quezada estaba respondiendo bien, aunque con el punto de mira desviado en los saques de faltas, hasta que cometió la imperdonable torpeza de protestar a un juez de línea. A falta de pocos minutos, con una tarjeta amarilla, y con la camiseta del Cádiz, tenía todas las papeletas para ser expulsado. Tontería de las grandes.

En la primera parte se vio poco fútbol. También se vio un aperitivo de lo que ocurriría al final. Garrido se encontró con una tarjeta amarilla antes del minuto 10 por frenar una contra, en un córner a favor del Cádiz, pero supo resistir casi todo el partido con su amarilla. Gracias a que no arriesgó. Por el contrario, el árbitro no amonestó a Nacho Gil que le dio una bofetada consciente a Iván Alejo. Tras las protestas del extremo por lo ocurrido, que lo vio todo el mundo, el público lo abucheaba como si fuera Piqué en el Bernabéu.

Tras un primer tiempo de 0-0 resignado, parecía que el Cádiz se lo tomaba con más ganas de ganar en la continuación. Era difícil, porque el Choco Lozano sigue  negado ante el gol. Aunque no le llegó ningún centro en condiciones mínimas de remate, ni con Iván Alejo, ni después con Javi Navarro. Por la izquierda, la esperanza era que Perea se fabricara él solo una jugadita. Pudo marcar en la mejor ocasión, pero se le fue desviado por poco. Daría muchas alegrías si tuviera más puntería.

En los últimos minutos se destapó el catálogo de los horrores, y se  dio por bueno el punto. Pulido Santana convirtió un claro agarrón a Garrido, en el área, en falta contra el Cádiz. Poco después expulsó a Quezada, que se lo ganó por incauto. Resultado de las tarjetas: Ponferradina, 0; Cádiz, 4.

Con uno menos, y temeroso del desastre, el Cádiz se echó atrás. Los tres cambios fueron a peor. Caye Quintana, que relevó al Choco, perdió casi todos los balones. Jurado, en fase de recuperación, hizo que se echara de menos a Perea. Al final, hubiera ganado la Ponferradina, de no ser porque Alberto le hizo un paradón a Yuri.

Los números de los últimos cinco partidos no son para el ascenso. Hay que tenerlo en cuenta. A ver qué aporta Pombo, que es mediapunta, pero no es punta. Sigo pensando que hace falta un ariete con más argumentos.

José Joaquín León