SÓLO faltan 10 días para que vuelva el fútbol profesional, con el partido de rivalidad entre el Sevilla y el Betis. Disputar un derbi como ese, sin público, atenta contra las más finas esencias del fútbol, y supone una alegría manifiesta para el visitante. No es lo mismo a puerta cerrada que tener a miles de espectadores chillándote durante 90 minutos. Pero así es la Liga descafeinada que nos espera, por motivos económicos y políticos. A los clubes les vendrán muy bien esos ingresos, pero al Gobierno también le conviene que haya fútbol todos los días (incluidos los lunes), desde el 11 de junio al 18 de julio, o quizás el 19, no se sabe todavía. Al haber tanto en juego (título, competiciones europeas, ascensos y descensos), aparecen otros temas para los telediarios y las tertulias de la fase 3. El Cádiz entra en ese carrusel del fútbol.

Para disputar 11 jornadas en 40 días, la LFP, que preside el señor Tebas, va a montar un calendario insoportable. En algunas simulaciones, como la que publicó Marca, se observa que un club puede jugar dos veces en 72 horas, con desplazamientos largos por medio. Será jugar, jugar y jugar, que diría Luis Aragonés. Sin apenas tiempo para entrenar, ni para descansar. Un futbolista tocado causará baja automática para el partido siguiente. Toda la plantilla debe estar siempre a punto, y aun así puede haber dificultades.

Se presupone que Álvaro Cervera tendrá sus planes y sus ideas al respecto. En tales condiciones, no podrá contar con once titulares indiscutibles, que en pocos partidos estarían más quemados que el dios Momo en la hoguera. Si no hay abundantes rotaciones, se puede volver en contra de los indiscutibles. Arrancar con fuerza, y conseguir buenos resultados al principio, es esencial para el Cádiz. Si comienza mal, entrarán muchas dudas y será difícil enmendarlo.

La plantilla del Cádiz fue reforzada en enero, aunque se notó poco. Ya he insistido, en artículos recientes, en la necesidad de revalorizar a futbolistas como Álvaro Giménez y Pombo, que deben aportar diferencias, y también acoplar a Malbasic como un buen recambio. Otro “fichaje” debería ser Jurado, a ver si resiste algunos partidos, ya que llegó como un futbolista determinante, por su palmarés, pero no lo ha podido demostrar, con las adversidades. Ahora tendrá una gran oportunidad. Y Álex Fernández debe asumir galones máximos si quiere jugar en la próxima Liga contra su hermano.

En realidad, oportunidades deberían tener todos. Por esa acumulación indecente de partidos, que va en contra de la práctica deportiva y la salud de los futbolistas, y que se han tragado a la fuerza, por cuestiones económicas. Hay muchas dudas sobre cómo funcionará la competición, sin descartar que no llegue hasta el final. En cuyo caso, sí que valdría la clasificación del momento en que acabe.

El maratón de partidos provoca incógnitas, como cuáles serán las plantillas más fuertes (¿quizás las del Zaragoza y el Girona?), pero no sólo en lo técnico, sino en lo físico, para afrontar esos esfuerzos con garantías. ¿Y por qué será que han hablado de extremar los controles antidopajes? Pues los controles antitongazos también los deberían activar. Por si acaso.

José Joaquín León