EL ascenso ya está conseguido, pero no se debería emborronar el final. Ante el Girona, que se jugaba la plaza de play off de ascenso, el Cádiz tuvo momentos buenos y malos. Llegó con el objetivo principal cumplido, y con muchos suplentes en el equipo inicial. A ratos parecía que estaba jugando un amistoso. Aun así, con la entrada de Álex para los últimos minutos, se pudo conseguir el empate. Ese punto era y es necesario. El Cádiz, que ha sido líder durante casi toda la Liga, no le debería regalar ese título al Huesca en la última jornada. Es la guinda que le falta al pastel del ascenso.

Del equipo que empezó en Girona, es probable que ninguno sea titular la próxima temporada en Primera. Es obvio que incluso con suplentes que tenía en el banquillo, Álvaro Cervera podía presentar un equipo en teoría más competitivo. No obstante, a lo largo de la noche, hubo sorpresas y aspectos positivos. El principal fue el excelente partido que jugó Marc Baró, un joven lateral zurdo de 20 años, fichado para el filial en invierno, Si juega siempre así, es una pena que no recibiera más oportunidades antes, para dar más descanso a Espino y no machacar a Iza hasta que se lesionó.

Su desparpajo y valentía fue de lo mejor. También cumplió Sergio González como central, aunque tanto en el filial como en el primer equipo se ha adaptado a pivote. Pombo tuvo detalles. Bodiger jugó de pivote, media punta y central a lo largo del partido. Como defensa fue otra sorpresa.

El Girona se jugaba más que el Cádiz y se notaba. Le anularon un gol a Stuani. Pero en el minuto 22 no perdonó, en una jugada que comenzó con un fallo de Fali.

Con el 1-0, el partido entró en una fase tediosa. Sólo tuvo más interés en la segunda parte con los dos penaltis pitados por el árbitro Muñiz Ruiz, que manejó el pito como un artista, permitiendo al Girona mucho más que al Cádiz. En concreto, diez faltas más y tres entradas muy duras por detrás a Marc Baró cuando subía la banda, con riesgo de ser lesionado.

El primer penalti fue a favor del Girona. Llegó en una falta loca de Iván Alejo, que ya estaba desmelenado buscándose la expulsión. Ahí fue sustituido. En el área, el balón dio de refilón en la mano de Duarte, que acababa de entrar. Stuani no perdonó. Era el minuto 55 y hubo que esperar al 83 para que el Cádiz volviera a entrar en el partido con otro penalti.

Fue un clarísimo manotazo que le soltó Mojica a Salvi. Álex lo chutó fuerte y entró. Con la tarjeta amarilla quedó expulsado Mojica. Antes el árbitro había perdonado la expulsión a Samu Saiz. El Cádiz se quedaba en superioridad para los últimos minutos y la prolongación. Sin embargo, Perea, que había entrado diez minutos antes, fue expulsado con roja directa por algo que le dijo al árbitro. Otra imbecilidad de principiante, que no es la primera, para quedarse sin la superioridad.

Y un ruego para el Cádiz-Albacete: sería lamentable ascender y perder los tres últimos partidos. Hay mucho en juego para otros equipos también. Sean sensatos y coherentes hasta el final. Empezando por el entrenador al hacer las alineaciones. Hay que poner un buen punto final al ascenso.

José Joaquín León