AL referirnos a las conmemoraciones gaditanas para el año 2017, se le está dando toda la importancia que merece al Tricentenario del Traslado de la Casa de la Contratación. Pero no se debería minimizar la otra gran celebración, que es el 750 aniversario de la Diócesis de Cádiz. El obispo, Rafael Zornoza, en su carta pastoral de apertura del curso, ha confirmado la intención de celebrarlo. En contra de lo que algunos pueden suponer, no es un simple festejo religioso, a cubrir con una más de las procesiones extraordinarias que proliferan, sino que debe tener un alto relieve para la ciudad. Y para la Catedral, que será la sede del Año Jubilar.  

Ya he escrito en otras ocasiones que esta celebración es compatible con el Tricentenario de la Casa de la Contratación. José Ramón del Río, en un artículo en el que me citó (gentileza que le correspondo), recordaba que el gran artífice fue Alfonso X el Sabio. En 1262, tras la reconquista de Cádiz, Alfonso X defendió que debía ser la cabeza de una nueva diócesis, desde la que se podría evangelizar el norte de África más cercano. Esa intención chocó con los planes de Don Remondo, arzobispo de Sevilla, que pretendía anexionarse los territorios gaditanos recuperados a los moros.

La historia es parecida a la de la Casa de la Contratación. Otra disputa entre Sevilla y Cádiz. El Papa Urbano IV decidió que se erigiera la diócesis en Cádiz, como continuadora de la antigua de Asidonia, que existió en tiempos de los visigodos. Se estableció el límite con Sevilla en el río Guadalete (por eso, El Puerto de Santa María quedó dividido). Con el tiempo, al crearse la diócesis de Jerez-Asidonia en 1980, esas cuestiones han variado. La verdad es que la diócesis de Cádiz no pudo cumplir la expansión africana. Era el Obispado de Cádiz y Algeciras, como se le conoció hasta el siglo XX. En 1933 pasó a ser Cádiz y Ceuta, más ajustado a sus propósitos originales.

Pero el mayor esplendor de la diócesis de Cádiz no vino de África, sino de América. La colonización fue un proyecto político y económico, y también religioso, lo que rebrinca a sus críticos. No olviden que el progresismo llegó a América desde fray Bartolomé, y que el indigenismo y el marxismo se confundieron con la teología de la liberación. El árbol de la Cruz tuvo ramificaciones. En lo que respecta a Cádiz, la aventura americana también se notó en la diócesis.

Este 750 aniversario es importante. Me consta que el obispo Zornoza lo sabe y quiere que se celebre. Tres cuartos de milenio no se pueden despachar de cualquier manera.

José Joaquín León