EL Domingo de Ramos será un día raro en Cádiz. No saldrá la Borriquita, ni el Señor Despojado, ni la Santa Cena, ni las Penas, ni la Humildad y Paciencia, pero ese día inaugurarán la pretemporada de playas. No habrá procesiones, pero sí se podrán tostar al sol. No habrá colas para los palcos y sillas en la calle Cobos, pero si en los lavapiés, que van a recuperar felizmente. No vendrán madrileños, porque van a confinar las autonomías, pero sí sevillanos, porque van a abrir las provincias y allí tampoco saldrán la Estrella ni la Amargura. A falta de los antifaces de los penitentes, siempre nos quedarán las mascarillas, que ya forman parte de la indumentaria de paseo marítimo.

Al comenzar la pretemporada de playa, con el stage en la Caleta, en Santa María del Mar, en la Victoria, en Cortadura y en Torregorda (que también es de Cádiz), nos pueden entrar algunas dudas. Actualmente, la mascarilla es obligatoria en todos los espacios públicos, mientras no estén en un bar comiendo o bebiendo, o practicando deportes guardando las distancias. ¿Y en las playas qué pasará? Tampoco se sabe nada de los vigilantes de la playa. ¿Volverán? O se lo dejan todo a la Policía Local, a veces invisible.

El verano pasado era obligatorio pasear por la orilla con mascarillas. Sin embargo, no lo era en posición estática, debajo de las sombrillas o tomando el sol, almorzando con los amigos, con los padres, las madres, los niños, las niñas, los tíos, las tías, los sobrinos y cinco o seis más de la pandilla que pasaban por allí. Entonces no se exigía mascarillas. Entonces Pedro Sánchez decía que habíamos ganado la guerra contra el coronavirus, y advertía que no debíamos confiarnos. Es que entre él, Salvador Illa y el doctor Simón dijeron unas cosas la mar de saladas el verano pasado.

A partir del Domingo de Ramos empieza la pretemporada de playas de 2021, con lo cual ahí te quiero ver otra vez. Hay que refrescar las normas, adaptarlas a la prevención de la nueva ola. Están elaborando un plan municipal. ¿Y qué dicen los científicos de la cogobernanza? Parecen practicantes de surf, con tantas olas que van sorteando. A la Mari, el Paquito y su familia lo que les interesa es saber si les van a pedir la mascarilla para bañarse o no, antes de que los arrolle la cuarta ola.

Hay cuestiones colaterales, como las circunstancias de los fumadores, a las que ya se refirió Kichi antes de ser absuelto. Vamos a ver si tenemos espacios playeros libres de humo, o no, depende. ¿Y se acuerdan de los metros cuadrados para la ocupación de la sombrilla? ¡Quién nos iba a decir que un año después estaríamos igual o peor que un año antes!

José Joaquín León