ALGUNAS personas con sentido común (en Cataluña lo llaman seny y ya no existe, aquí escasea) van diciendo por las esquinas: “¡Vaya con la estrategia de vacunación! No la entiende nadie”. Y es que empezaron quejándose por los militares y los concejales que se colaban, y les quitaban las vacunas a los viejecitos, que se iban a morir por culpa de esos corruptos. Y ahora resulta, según las estadísticas de la Junta, que ya han vacunado a casi todos los mayores de 80 años, pero son pocos los vacunados entre los 70 y los 79 años. Y lo más sorprendente: hay más vacunados de entre 60 y 65 años que entre 65 y 69 años. Estos últimos son los más perjudicados.

Algunos médicos con sentido común (ya se ha indicado que escasea) explicaron que para frenar la mortalidad y los ingresos en las UCI era necesario vacunar antes a los viejos que a los jóvenes. Porque las consecuencias del Covid 19 son más graves para los mayores. Y porque han muerto pocos jóvenes verdaderamente jóvenes, y para la inmensa mayoría de la juventud sólo ha sido un resfriadinho, o ni siquiera se han enterado. Y así pasa lo que ha pasado.

Pues bien, una señora preguntó en un ambulatorio y le dijeron: “Ahora estamos llamando a los que han nacido desde 1956 a 1960. Y no, a los de 1955 no los hemos llamado todavía”. Es decir, que a los sexagenarios con solera que nacieron de 1955 a 1951 no los llaman, pero a los sexagenarios menos viejos sí que los llaman. ‘Los viejos del 55’ fue una mítica chirigota del Carnaval de Cádiz, de Antonio Clavaín y Antonio Marín, que salió en 1955, y que le ganó el primer premio nada menos que a la chirigota de Paco Alba. Un año después, en 1956, salió otra chirigota, ‘Las viudas de los viejos del 55’. El tipo y el tema han dado mucho juego para el Carnaval desde entonces. Pues ahora han carnavalizado las vacunas: se van cargar a los viejos del 55 y se van a quedar las viudas del 56. O al revés, para no ser sexistas, que diría Irene Montero.

Pero hay otra teoría conspiranoica, que la cuento por ser de humor negro. Dicen que la estrategia de vacunación está vinculada a las pensiones y el pacto de Toledo. Habrían pactado dejar para el final a los viejos del 55 porque van a cobrar las pensiones durante 20 ó 25 años, mientras que a los mayores de 80 les queda menos; y los menores de 65, con un poco de suerte, todavía no se han jubilado y los vacunan para que sigan cotizando. Naturalmente esto es increíble, aunque a la Seguridad Social le vendría muy bien. ¿Casualidad? Los viejos del 55 van a ser los últimos en vacunarse.

José Joaquín León