EL PSOE gaditano no consigue levantar cabeza desde que Carlos Díaz fue obligado a no presentarse en 1995, cuando empezó el boom de Teófila Martínez. Pero el PSOE gaditano ha estado en crisis, con familias peleadas, desde el principio de la democracia. Pues cuando llegó Carlos Díaz a la Alcaldía fue porque las dos familias de entonces estaban en disputa y buscaron a un tercero que pasaba por allí. Después Carlos Díaz se consolidó como alcalde, pero nunca tuvo liderazgo en el PSOE gaditano. Y así siguen. Por ello, no puede sorprender demasiado la dimisión de su portavoz municipal, Mara Rodríguez, y los concejales Francisco Javier Ramírez y Rosa de la Flor. Justo cuando van a elegir a José Ramón Ortega como nuevo secretario local, en el relevo de Fran González. Para ambos han tenido recuerdos, nada cariñosos, en la despedida. Pero este problema no es de ahora, sino de siempre.

En contra de lo que puede parecer, el PSOE tiene un electorado en Cádiz. Aunque no para las elecciones municipales, porque la gente no quiere verlos en el gobierno local ni en pinturas. Durante los 20 años de Teófila Martínez en la Alcaldía, el PSOE ganó casi todas las votaciones celebradas en Cádiz para las elecciones generales y autonómicas. Sin embargo, en las municipales perdían por goleada. Y, a partir de Rafael Román, ningún socialista de primera línea se quería presentar al sacrificio de desprestigiarse en Cádiz. Ahora el problema es que ya no les queda ningún socialista de primera línea; ni para presentarse, ni para nada.

En estas cuatro décadas han existido disputas entre pizarristas, romanistas, susanistas, pedristas y otras familias menores. En el Ayuntamiento y la Diputación, los unos fastidiaban o ninguneaban a los otros, y los otros hacían de Judas con los unos para sustituirlos. Socialistas que iban con uno o con una, al mes siguiente aparecían con otro o con otra. Y no por motivos ideológicos, sino que vaya usted a saber. Así se han quemado entre ellos, hay un catálogo de mártires del PSOE gaditano.

Lo de ahora es de traca. Han utilizado a Kichi como espantapájaros contra el PP. Pero Kichi les ha dado el abrazo del oso (averiado, por supuesto), y los maneja como títeres. No han sido capaces de montar una alternativa de izquierda, ni entienden que el apoyo a Kichi es su condena. Tampoco explican por qué agravian a Pemán, cuya casa compraron los socialistas a la familia del escritor para la Caja San Fernando, mientras en Sevilla el PSOE mantiene la calle de Pemán. Por citar sólo un ejemplo de sus errores, que son muchos, y otra vez se les vuelven en contra.

José Joaquín León