UNA vez que se ha consumado la permanencia del Cádiz CF en Primera, es procedente publicar una laudatio o elogio de Manuel Vizcaíno. Se ha elogiado por los resultados al entrenador Sergio González (incluso a Cervera, que sólo consiguió 14 puntos en la primera vuelta), a los jugadores (que hasta el final de la primera vuelta eran malísimos, y los fichajes de invierno eran de saldo, según se decía), pero nadie elogia al presidente. Es como si el Cádiz CF se presidiera solo. Se puede decir que, en función de los resultados y las estadísticas, Vizcaíno es ya el segundo mejor presidente de la historia del Cádiz, tras Irigoyen; y está en condiciones de ser el primero en los próximos años, si no se larga.

Manuel Vizcaíno tiene muchos enemigos, como se puede apreciar en los foros amarillos. Empiezan por los amiguitos de Quique Pina. Y continúan por los que no le perdonan dos cuestiones. A saber: que es sevillano y que no es podemita. Lo primero es un caso de xenofobia. Menospreciar a una persona porque es marroquí o rumano es xenofobia. Pues hacerlo porque es sevillano también. No tiene nada de malo ser sevillano, ni jerezano, ni algecireño. Es lo mismo que ser gaditano. En cuanto a lo segundo, que no es podemita se ha visto en cuestiones varias y no se lo perdonan. Por ejemplo, no tragó con el nombre del estadio y lo sigue llamando Carranza. Y ha dejado muy claro que el Cádiz CF debe ser un club en el que tengan cabida todos los cadistas, más allá de sus ideas políticas. No sólo los de extrema izquierda. Todos son todos.

Aparte de eso, me pitorreo con las críticas a Manuel Vizcaíno y a los que han fichado, Jorge Cordero y Enrique Ortiz. En los fichajes de verano cometieron algunos errores. En los de invierno han acertado con todos, menos con Andone. Nunca salen todos bien. El Sevilla fichó a Idrissi por 20 millones de euros y no jugaba allí. Se decía que Alcaraz y San Emeterio eran suplentes del Valladolid y que a Lucas Pérez no lo quería el Elche. Ahora piden que se queden todos los futbolistas, cuando el 1 de febrero decían que no servían. ¿Y ya no se acuerdan de lo que decían de Salvi? Corría como un pollo sin cabeza y no sabía centrar. Ahora es una injusticia que se vaya. La gente es así. Es uno de los problemas.

También fue Manuel Vizcaíno quien apechugó con el trago de destituir a Álvaro Cervera. Fichó a Sergio, un entrenador que ha conseguido 25 puntos en 18 partidos. ¿Ya no se acuerdan de lo que decían de Sergio, el que había bajado al Valladolid? Hay que ser más justos con las personas y reconocer los aciertos y los éxitos, no sólo exagerar los errores.

José Joaquín León