ALGO se está moviendo en Cádiz. Hay indicios de que estamos ante otro fin de ciclo municipal. Es pintoresco que el Ayuntamiento se descuelgue ahora con un proyecto utópico, irrealizable a medio plazo, para la avenida del Puerto, justo cuando se aproximan otras elecciones. Y que Ganar Cádiz, el grupo de Martín Vila, asuma ahora el soterramiento del tráfico que ya se contempló cuando Manuel Ángel González Fustegueras presentó su proyecto de plaza del Mar, auspiciado por Rafael Román, y descartado por Teófila Martínez. El nuevo proyecto obligaría a destrozar y reducir el mejor aparcamiento subterráneo de Cádiz, el de Canalejas, lo que no saldría gratis. Como ha recordado José Blas Fernández, costaría una indemnización millonaria, que nadie sabe cómo pagaría un Ayuntamiento tieso. Y, además, que ahí abajo están los restos de la muralla.

Es pintoresco que esto se presente cuando a Kichi se le van a terminar los ocho años de mandato con la plaza de Sevilla y la estación de Renfe tal como se las encontró. Voy a centrarme en el lamentable caso del hotel. Hace algunos meses, los responsables del Grupo Barceló culparon directamente al Ayuntamiento de Cádiz de obstaculizar las obras. Barceló es un grupo hotelero de relevancia mundial, el segundo de España en negocio, y no ha sido bien tratado en este asunto.

El proyecto que presentó Barceló para el hotel de la estación se ha retrasado por una planta de edificabilidad. Solicitaron siete y el Ayuntamiento sólo permite seis. Yo no entiendo esa alergia a los rascacielos en Cádiz. Quizás piensan que es un invento franquista, porque en la Avenida principal autorizaron edificios de 17 plantas en el siglo pasado. Con más de 11 plantas hay varios en Cádiz. En China, donde gobiernan los comunistas, han construido algunos de los rascacielos más grandes del mundo. La Torre de Shanghái tiene 128 plantas. En las últimas, está el J Hotel Shanghai Tower, el hotel más alto del mundo.

Para la cortedad de miras municipal, el hotel de siete plantas en la estación les parecía especulativo y el de seis no. Ahora lo están intentando reformar, para que todo lo previsto se incluya sin superar las seis plantas. Por una planta de más o de menos se han perdido muchos meses y mucho dinero. Esa es la forma en que se ha gobernado en Cádiz durante los últimos años.

Antes de vender utopías se deberían fijar en la dura realidad. En Cádiz hacen falta más inversiones. No hay otra forma de prosperar. Y lo primero que se debería invertir es el gobierno municipal.

José Joaquín León