ALGUNOS pensarán: este hombre está contento porque Teresa Rodríguez se retira de la política y volverá a dar clases en un instituto de Puerto Real. Aunque es una retirada parcial, porque seguirá como portavoz de Adelante Andalucía, o eso pretende. Pues no, no me alegro de que se retire. Al revés: considero que debería haber seguido en la política activa. Los hay peores que ella. Es una mujer progresista, a la que quizá le ha perjudicado ser una mujer, aunque al principio la benefició. Y creo que nunca ha sido valorada como la que realmente es: la principal referencia de la extrema izquierda gaditana, incluso por encima de su pareja, el alcalde de Cádiz, José María González Kichi.

La trayectoria de Teresa Rodríguez-Rubio se gestó a la sombra de Pablo Iglesias, con el que luego rompió políticamente. Cuando Podemos dio la sorpresa en las elecciones europeas de 2014, Teresa ocupaba el segundo lugar en la lista, detrás del gran jefe Pablo. Ahí se hizo famosa y se ganó un estupendo sueldo de parlamentaria europea, que ella donó parcialmente a los pobres, con fotos incluidas. Hasta entonces, Teresa era conocida por haber sido expulsada de IU y por encabezar la lista de Izquierda Anticapitalista en las municipales de 2011, sin resultar elegida.

Posteriormente, Teresa Rodríguez ha sido una parlamentaria andaluza fogosa y respetada. Supo compaginarlo con la maternidad y con una pareja que suponía un lastre, por ser alcalde de Cádiz con una gestión muy polémica. Por eso digo lo de la mujer progresista perjudicada. Porque los de la extrema izquierda local también son machistas, y la veían como la señora de Kichi, cuando era Kichi quien había crecido a la sombra de ella. No voy a entrar en sus relaciones de pareja, pero creo que les han condicionado en lo político.

Cuando Teresa creó el invento de Adelante, para separarse de los compañeros unidos y podemitas, fue acusada de tránsfuga. Sin razón, porque la líder electoral fue Teresa Rodríguez, que no podía ser tránsfuga de sí misma en una coalición. Al final, no sé muy bien lo que es ahora Teresa Rodríguez, porque va de andalucista y alardea de Blas Infante. Se supone que es una andalucista de extrema izquierda, algo así como un BNG o una CUP. En las elecciones andaluzas consiguió un escaño de mérito, y le dio un sopapo a Macarena Olona en los debates. Para las municipales de 2023, en Cádiz, hubiera sido la mejor candidata de la izquierda asamblearia. Pero la política ya cansa incluso a los políticos y políticas. Y ni la izquierda ni la derecha saben elegir candidatos.

José Joaquín León