PUES sí, más vale un congreso en mano que otro volando. La concesión a Cádiz del IX Congreso de la Lengua Española de 2023, ante la dificultad de organizarlo en Arequipa (Perú), es una buena noticia. Se debe apoyar, y no introducirlo en el debate político. No obstante, tampoco se puede olvidar la realidad. Y la realidad, según lo que han anunciado el director de la Real Academia Española, Santiago Muñoz Machado, y el presidente de la Academia Peruana de la Lengua, Eduardo Hopkin, es que el Congreso de Cádiz se celebrará del 27 al 30 de marzo de 2023, y que no se cambiará el formato previsto para Arequipa “ni en contenidos ni en fechas”. Es decir, Cádiz organizará el congreso asignado a Arequipa con los contenidos previstos. Que no son los que se aspiraba a incluir en el de Cádiz 2025.

El aspecto que más puede sorprender, aunque no lo critiquemos, es que Cádiz será utilizada como sede suplente. Lógicamente, no sucederá como en Muere otro día, la película de James Bond, donde Cádiz apareció como La Habana. Escenarios gaditanos, que se presentaron como si fueran habaneros. En este Congreso, Cádiz no será como Arequipa con más salero. Se ha insinuado que se permitirá “un acento gaditano” de lo que se pretendía hacer en 2025.

El alcalde, José María González Kichi, ha dejado entrever que la concesión del congreso de 2023 no supondría una renuncia al previsto para 2025 (o 2026). No parece lo más probable. Hay otras sedes interesadas para 2025, como San Millán de la Cogolla y Salamanca, donde la elección de Cádiz para el próximo mes de marzo se ha considerado politizada. Sin descartar que la sede para 2025 no se conceda ya a España, sino a otro país hispanoamericano. Dos congresos seguidos en Cádiz, a priori, parece descartable. Y devolver el de 2023 a Arequipa, si la situación política mejora en Perú, no sería lo más oportuno. Las dudas venían desde antes del show de Pedro Castillo, porque Perú es un país tan bonito como desastroso en la gobernación.

Entonces puede quedar la duda: ¿era mejor esperar una designación para Cádiz en 2025, o asumir ya la organización como sede suplente de Arequipa? La decisión de acogerlo en 2023 es razonable. Más vale un congreso en mano que otro volando. Tampoco era seguro que se concediera el de 2025 a Cádiz, aunque tenía muchas posibilidades. La repercusión de un Congreso de la Lengua en la ciudad será similar en 2023 que dos o tres años después, por lo que conviene asumir la organización ya. Aunque sea por una emergencia de última hora.

José Joaquín León