A los que dicen que en Cádiz no hay espacio para otro estadio hay que recordarles dos cuestiones. Primero que en Cádiz hubo más estadios antes del actual Nuevo Carranza, al que Kichi cambió el nombre por Nuevo Mirandilla. Segundo, que un estadio no es sólo un campo de fútbol, ni un espacio improductivo, sino que también permite otros usos, como lo demuestra que en el actual existe una clínica de sanidad privada, un supermercado, oficinas judiciales, servicios de la Diputación, espacio para un hotel, un gimnasio, una tienda de motos, otra de artículos deportivos, un parquin subterráneo de uso público… Y un estadio de fútbol de Primera División. Aun así, dicen que fue una inversión ruinosa y está desaprovechado. Como si el resto de La Laguna fuera Manhattan.

Antes de ese estadio hubo otros. Los pioneros del fútbol gaditano jugaban en la explanada de Astilleros. Después pasaron al Campo de las Balas. Estaba en el lugar aún conocido por tal nombre, junto al castillo de Santa Catalina. Pasaron al campo de Ana de Viya (al lado del actual colegio de San Felipe Neri) en 1923. Y al Velódromo (en la actual barriada España) en 1931. Desde 1933 jugaron en el estadio verdaderamente llamado Mirandilla, junto a Santa María del Mar. Allí jugaba el Cádiz en los años de la posguerra. Hasta que fue construido el estadio Ramón de Carranza en 1955, siendo alcalde José León de Carranza. De dicho estadio no queda nada. Fue reconstruido por fases, en una operación del Ayuntamiento con la Zona Franca, y se terminó siendo alcaldesa Teófila Martínez. No se perdió toda la inversión, ya que genera ingresos.

Los lugares de los estadios pueden cambiar. Incluso en Cádiz, que parece diferente al resto del mundo. Lo mismo pasó con las plazas de toros. Ahora no queda ninguna. Se habló de construir un espacio multiusos, con plaza de toros, en la Zona Franca. Antes de esa venta de humo, hubo una plaza de toros en Asdrúbal, el lugar que todavía se conoce como la plaza de toros. Fue inaugurada en 1929. A su lado se construyó el estadio Mirandilla. Antes hubo plazas de toros en el Campo del Sur. La última duró hasta 1914. Estaba junto a la Cárcel Real y el Matadero, a la vera del barrio de Santa María, que era el más taurino y el más rojo de esta ciudad.

Algunos ignorantes creen que las corridas son un invento de Vox, cuando en la II República era una afición más propia del proletariado que de los señoritos. Con esto y con lo otro se ve que en este país y esta ciudad se cambia la historia a base de mentiras, y se critica a los que cuentan la verdad.

José Joaquín León