ESTE es uno de los puntos de debate de la identidad gaditana: los Tosantos frente a Halloween. Al llegar estas fechas, se vuelve a abrir el debate. ¿Qué es más nuestro? Los Tosantos. ¿Qué es más popular para la infancia y la juventud? Halloween. Ergo existe un problema que debe ser resuelto. Los que más se rasgan las vestiduras con Halloween insisten en que es una costumbre bárbara, que han popularizado los yanquis. Hasta se ha llegado a decir que entró en Cádiz a través de la Base de Rota, lo que sería harto discutible. Por lo demás, relacionarlo con las fiestas de los espíritus que conmemoran en México y otros países hispanoamericanos supone una deriva antropológica que nos aleja de lo primordial.

Y lo primordial es que los Tosantos gaditanos deben reafirmar su identidad en un mundo donde Halloween se ha convertido en un carnaval de lo monstruoso. A la gente le gusta disfrazarse, bailar y salir de fiesta. Y por ese resquicio se ha colado Halloween en el calendario festivo. Por cierto, en Sevilla el Ayuntamiento prohibió las fiestas de Halloween en los distritos, con la excusa de la alerta ante el terrorismo islamista. Sin embargo, en Cádiz el Ayuntamiento ha organizado un programa festivo terrorífico, en paralelo a los Tosantos.

Se podría decir que Halloween es el reverso de la fiesta de Todos los Santos. Sería como el lado oscuro: el zombi frente al santo. Halloween envuelve con oscuridad, misterio y miedo lo que Todos los Santos evoca con luz, recuerdos y alegría. Y quizás eso es lo que no se sabe explicar. Podemos tener santos en la puerta de al lado, como dijo el Papa Francisco. Los santos no son marcianos. Pues lo que se trata de recordar, al llegar esta celebración, es que hemos tenido antepasados que vivieron con bondad y que son eslabones de una cadena en la que seguimos. Si somos creyentes, se debe pensar que esas personas están en la plenitud de la vida eterna y nos sirven de ejemplos. Es una celebración limpia y clara.

Otra cuestión es el folklore. Todos los Santos se organiza en los mercados de Cádiz con una ambientación simpática y humorística. Tiene su gastronomía propia, con los huesos de santos y buñuelos, con los panellets (de origen catalán), con los frutos secos como las castañas y las nueces, y con las frutas de temporada como la granada. Es también, de algún modo, un prólogo de la Navidad, que ya se empieza a intuir. Y la confirmación de que estamos en otoño y el verano ha terminado. Por eso, los Tosantos no se deben perder, ni claudicar ante el oscurantismo de Halloween.

José Joaquín León