LA gente no se está dando cuenta, pero Cádiz tiene la Zona Franca más cofrade de España. Sí, incluso más que la de Sevilla. Pues a nuestra Zona Franca, como ya he comentado en otras ocasiones, le cabe todo: unas 800 viviendas, tanatorios, supermercados, oficinas de medios de comunicación, talleres de reparaciones, concesionarios de automóviles, hipermercados de origen chino, edificios en ruinas, un muelle propio, organismos oficiales e incluso algunas empresas de innovación, inteligencia artificial y economía azul. Y, no suficientemente contentos con tan variada oferta, también potencian el sentir cofrade gaditano.

Y no es porque el delegado de la Zona Franca, Fran González, sea especialmente capillita. Aunque, cuando fue concejal del PSOE, me parece recordar que Fran llegó a portar el pendón de la ciudad para los actos de la Patrona. Ahora, en la Zona Franca, hay ensayos de bandas. La más prestigiosa, la del Rosario de Cádiz, adquirió el pasado mes de noviembre un local de ensayos en la Zona Franca, ¿dónde si no? Lejanos quedan ya los tiempos en que los músicos ensayaban en el paseo de Santa Bárbara, a la vera de la pasarela maldita que se quemó, y que ha servido de refugio a tantas personas sin hogar.

En los tiempos de Kichi, el Ayuntamiento aprobó una subvención de 6.000 euros a cada banda de música de la ciudad, en concreto a Rosario, Polillas, Salud y Ecce Mater. Con lo cual puede resultar más rentable una banda que una hermandad de gloria. Pero también se debería ponderar que las bandas ofrecen conciertos gratuitos a la ciudadanía. Y que ahí quedan sus ensayos. En las noches de Cuaresma, una vez curados los espantos del Carnaval Chiquito (cada año es más cutre), ha resultado gratificante asomarse a los balcones y ventanas de Puntales, Loreto, incluso el Cerro del Moro y algunos edificios de la barriada de La Paz, para escuchar los sones de marchas cofradieras que llegan en la lejanía. Así se hace afición.

En la Zona Franca también almacenan pasos, durante el tiempo en que no sirven para llevar las imágenes. Como en Cádiz no existe un Museo de la Semana Santa (y como no todas las casas de hermandad sirven de almacén, o sala de exposición), en algún lugar se deben guardar. También en la Zona Franca cofrade han ensayado algunas cuadrillas de cargadores, que dejaban otra visión alucinante. Pues no existe en Cádiz otro sitio más feo para pasear un paso.

Cualquier año ponen unos palcos en la Zona Franca y organizan un pasacalles con las bandas y los cargadores. Cosas peores se han visto.

José Joaquín León