LAS chapucerías del callejero en Cádiz no han empezado ahora, sino que vienen de siglos pasados. La lista de los 40 principales que no tienen calle está encabezada por Alfonso X el Sabio. Aunque no haya sido hostelero, bailaor, ni presidente de una asociación de vecinos, a ver si le encontramos una glorieta, barreduela, callejón o rinconcillo para la próxima vez. O incluso algo mejor. Este rey no era franquista, sino que fue el conquistador de la ciudad en 1262. Aparte de eso, como su nombre indica, era un sabio. No voy a recordar su ilustre currículo. Un gran experto en los temas alfonsíes es Rafael Sánchez Saus, catedrático de Historia Medieval de la UCA, que defiende su memoria histórica como director de la Cátedra de Alfonso X el Sabio, y como autor de infinidad de publicaciones. A su sabiduría alfonsí me remito.

Alfonso X el Sabio fue el reconquistador e impulsor de la Catedral Vieja. Pero le quitaron la calle en tiempos de Carlos Díaz y no le concedieron otra. Alfonso el Sabio iba a ser enterrado en Cádiz, pero sus restos mortales quedaron Sevilla. Allí lo han tratado mejor. En Sevilla tiene una calle, que se llama Don Alonso el Sabio. Escribió Antonio Burgos un magistral artículo en ABC el 26 de noviembre de 2005, titulado Alfonso el Sabio, antes Burro. El título viene porque su calle de Sevilla antes se llamaba Burro. Y así se formó un chiste: la calle pasó del Burro al Sabio. La tiene desde 1845.

En Cádiz le dedicaron la calle de la Pelota a Alonso el Sabio en 1855, con esa denominación (sin el don, pero con el Alonso clásico) y se la quitaron en la revisión de 1980 del primer Ayuntamiento democrático. Los que ahora se han reunido, sí. Era para devolver los nombres históricos. Y se olvidaron de concederle otra, a cambio. Por cierto, la calle Pelota tiene su guasa para el chiste. En una retransmisión de Semana Santa, yo dije: “Ya están los penitentes en Pelota”. Me di cuenta rápido y lo puntualicé: “En la calle de la Pelota”.

La Pelota se merece una calle en Cádiz (la tenía desde 1640), pero Alfonso X el Sabio posee más méritos que otros afortunados que la recibieron en el Pópulo. Volvemos a lo de siempre: los catedráticos y académicos en Cádiz influyen menos que una peña de dominó. Por eso, don Alonso el Sabio no tiene calle, que sin embargo conserva en muchos municipios. Su caso es de los más horribles y lamentables.

Una norma debe ser que los nombres nuevos se rotulen en las calles nuevas. Sin trocear medio Cádiz. Y que las calles antiguas tengan su rango histórico. Un ejemplo: la calle Nueva es antigua, de 1609.

José Joaquín León