EL franquismo no ha vuelto, pero sí su modus operandi. Algunos oráculos de la fachosfera lo habían alertado. Durante las noches de reflexión, permanecía encendida la lucecita del palacio de la Moncloa hasta altas horas, y tenía un sospechoso parecido con la lucecita del palacio del Pardo. Son las horas de los fantasmas. Desde el lunes, tenemos un nuevo caudillo, que va por ahí gritando: “Españoles y españolas, la regeneración ha comenzado”. En este país se suele buscar un enemigo para regenerarlo o purgarlo, para eliminarlo, porque este país se divide en los buenos y los malos desde el siglo XIX. Y así justifican las barbaridades. Lo peligroso no es la farsa del Gran Actor, sino las amenazas.
La chulería es propia de todo caudillo. Y lo que dice nos suena a lo que ya se conocía. Hemos pasado del contubernio de marxistas y liberales al contubernio de la derecha con la ultraderecha; de la conspiración judeo masónica a la conspiración de los jueces y los pseudo medios de comunicación. Hemos pasado de enviar autobuses con manifestantes pagados por el Movimiento a enviar autobuses con manifestantes pagados por el PSOE. Hemos pasado del millón de franquistas en la plaza de Oriente a los miles de progresistas en la calle Ferraz. Hemos pasado del “Franco, Franco, Franco”, al “Pedro, Pedro, Pedro”. Hemos pasado de la lealtad inquebrantable al Generalísimo a “un movimiento de adhesión sin precedentes”.
Hemos pasado de ser la reserva espiritual de Occidente a “uno de los pocos proyectos progresistas del mundo”. Hemos pasado de la democracia orgánica a la democracia orgásmica y populista. Hemos pasado de acabar con la escoria roja a poner fin al fango facha. No hay piedad para el enemigo degenerado. Nada será igual a partir de la regeneración. Rojos al paredón. Línea roja al fascismo. Ni olvido ni perdón. No pasarán. Vamos a cambiar las reglas del juego. Porque la costumbre es que sólo jueguen los nuestros.
Hemos pasado de doña Carmen Polo de Franco a doña Begoña Gómez de Sánchez. De la primera dama que vela y reza por los patriotas a la primera dama que vela y protege a los suyos. De la Sección Femenina a la sección feminista. Del ama de casa a la ama que no se casa con nadie. De intocados a intocables. Del Caudillo que salva a su pueblo al Caudillo que se sacrifica por sus militantes. De la España Una, Grande y Libre a la España Plurinacional, Diversa y Progresista.
Pasamos de una amnistía para los que lucharon contra la dictadura a otra amnistía para los que no respetan la democracia. Así muere la libertad, así aparecen los caudillos.
José Joaquín León