CUANDO se valora a José María Pemán no se puede olvidar que fue un personaje plural en sí mismo. Y que su criterio político evolucionó desde el apoyo a Franco en la guerra civil hasta las críticas al régimen. Defendió un liberalismo monárquico desde la posguerra. Pero no le perdonan su pasado, a diferencia de otros escritores, como Dionisio Ridruejo, que empezó de falangista con José Antonio y terminó socialdemócrata con Tierno Galván. Pemán no fue de izquierda nunca, pero sí demócrata, aunque no republicano, pues era monárquico y católico, en eso nunca cambió. Y eso también fastidia a los sectarios. Su defensa del catalán asimismo se olvida.

Por el contrario, algunas entidades catalanas incluyen su artículo El catalán: un vaso de agua clara entre los que defendieron esa lengua en tiempos de Franco. Fue publicado el año 1970 en ABC, tras las críticas que había recibido el Instituto de Estudios Catalanes por una campaña para la enseñanza del catalán en los colegios. Pemán defendió que la lengua catalana se enseñara en las escuelas, y fue muy criticado por el régimen franquista. Eran años en los que trabajaba activamente por la restauración de la monarquía y el regreso a la democracia con don Juan de Borbón.

Este artículo, escrito hace más de 50 años, sigue teniendo plena vigencia. Pemán afirmaba que el problema no era hablar en catalán, sino “los políticos, que esos sí que son problema”. Fue amigo de Josep Pla y Josep María de Sagarra, dos de los principales escritores en catalán de su tiempo. A Sagarra, que ganó el Premio Nacional de Teatro en 1955 con La herida luminosa, Pemán le adaptó esta obra del catalán al castellano y la estrenó en Madrid.

Pemán cuenta en el citado artículo que estuvo en Barcelona recién terminada la guerra civil, y que la vio empapelada de carteles con este texto: “No hables catalán, habla la lengua del Imperio”. Le propusieron ser el mantenedor de los rescatados Jocs Florals, pero Pemán renunció y se negó, porque no permitían presentar poemas escritos en catalán y porque le dijeron que no hablara de Juan Boscán, el primer poeta catalán que escribió en castellano a finales del siglo XV. Pemán denunció que el separatismo se provoca desde los dos extremos, y que se alimentan unos a otros.

José María Pemán incluyó una frase que es definitiva: “Hay pueblos bilingües”. Significa que no se debe imponer una lengua contra otra, ni marginar ninguna, sino tolerar las dos. Pemán iba a su libre albedrío. Por eso, unos lo fustigaron ayer, y otros no lo perdonan hoy.

José Joaquín León