HOY comienza el cónclave para la elección del nuevo Papa. Donald Trump no está entre los candidatos, aunque le gustaría. Ha dado la vuelta al mundo ese montaje en el que aparece disfrazado de papa, que realizó con ayuda de la inteligencia artificial. De inmediato se formó bastante revuelo, aunque no tanto como si se hubiera disfrazado de ayatolá iraní, en cuyo caso se hubiera considerado una ofensa intolerable. El mismo Trump dijo que era una broma. Y como tal se la ha tomado casi todo el mundo. Aunque la Conferencia Episcopal de EEUU indicó que era una falta de respeto. En este caso, lo que se debe añadir es que Donald Trump ha tenido una mentalidad carnavalesca. Pues lo que hizo es propio de un cuarteto. Lo único que le faltaba a Trump era imitar al Libi, pero de todo se aprende.
Hay varias curiosidades en este asunto. Después del posado artificial de Trump, dijo (ya más en serio) que le gustaría que el siguiente Papa fuera el cardenal Timothy Dolan, arzobispo de Nueva York. Al rato, el prelado neoyorquino, para desmarcarse, dijo que Trump había metido la pata con su disfraz. Y que él no se consideraba papable. Es lo que sucede cuando te señala un papafrita para Papa, que ya se carga el invento.
Otra curiosidad es que esos ultras que son más papistas que todos los papas juntos esta vez se han callado. Si se hubiera disfrazado de Sumo Pontífice nuestro Pedro Sánchez, ¿qué dirían los de Santiago y cierra España? Dirían que eso no se hubiera atrevido a hacerlo con un ayatolá iraní, y que esas aberraciones (propias de ateos e impíos) son una ofensa a la religión. Puede que alguna organización carca lo hubiera demandado en los tribunales.
Pero nuestro Pedro Sánchez pasa de este asunto. Ni siquiera fue al funeral del Papa Francisco. Bastante tiene nuestro Pedro con los apagones y los parones de los trenes para ocuparse de los cardenales. Para cardenales los que le han aparecido, después de tantos porrazos que se está dando. Los del Vaticano le importan poco. Sea quien sea el próximo Papa dirá que es progresista.
El cuarteto se está perdiendo, pero Donald lo puede recuperar. El cuarteto era poner a Benedicto XVI con una bufanda del Cádiz CF. Eran otros tiempos. Eran otro Papa y otro Cádiz CF, y además gobernaba Mariano Rajoy. Ahora a ver qué pasa. El papa Donald y sus aranceles podría ser un gran cuarteto de tres, con Donald Trump, J.D. Vance y Elon Musk. Ya hemos dicho muchas veces que los políticos imitan al Carnaval. Pero lo imitan mal. Por eso se merece Donald un buen cajonazo.
José Joaquín León