EN Cádiz habrá pocos espacios para nuevos proyectos, comparada con otras ciudades, pero padece algunos desperdicios vergonzosos. Un ejemplo es el paseo de Santa Bárbara. Ubicado en uno de los enclaves de privilegio de la capital gaditana. Está en la trasera del Parque Genovés y en la prolongación del frente marítimo desde la Alameda al Campo de las Balas y la Caleta. Debería ser un paseo muy frecuentado y apacible para los gaditanos. Sin embargo, no lo es. Todo lo contrario. Pocos pasean por allí. Tras varias intentonas fallidas, parece que el alcalde, Bruno García, se lo ha tomado en serio. Se ha anunciado que una empresa de Ávila va a realizar el proyecto de mejoras. Por valor de casi un millón de euros.
El mirador de Santa Bárbara es una parte del problema. Desde el principio estuvo gafado. Se inauguró en las postrimerías de Teófila Martínez en la Alcaldía, tras ser construido con ayudas de fondos europeos. Después Kichi no hizo nada para revitalizar esa zona privilegiada del frente marítimo. Y se intentó quitar de la circulación la pérgola, en la permuta con la Universidad de Cádiz, a la que le cedió el Centro Cultural Reina Sofía (antiguo Gobierno Militar) a cambio del antiguo edificio del Rectorado en la calle Ancha, por un importe de 1,1 millones. Pero la pérgola-mirador, que había sido incendiada dos veces en actos vandálicos, se debía entregar rehabilitada a la UCA. Después de quedar desierta la primera licitación (ninguna empresa la quería reconstruir a ese precio) el alcalde Bruno lo ha conseguido al segundo intento.
La pérgola-mirador es una parte del problema, pero no sólo. El principal escollo es que diseñaron un espacio público duro (y feo) en uno de los enclaves naturales más bonitos de Cádiz. La diferencia con la Alameda y el Parque Genovés salta a la vista. A eso se añade que por las noches tiene mala pinta. Sólo las bandas cofrades le sacaron partido a ese espacio con sus ensayos. Además de los sin techo, que se buscaron un albergue a su manera en los accesos del aparcamiento de pago.
El paseo de Santa Bárbara se ha consolidado como un lugar para no pasar por allí. A pesar de estar en primera línea de la fachada marítima. Es un balcón privilegiado, asomado a la Bahía, para admirar las puestas de sol en verano. A su lado está el hotel Atlántico, que es un referente turístico de la ciudad. El paseo de Santa Bárbara debería figurar entre lo más atractivo del paisaje urbano gaditano, pero necesita una remodelación integral. A ver si es verdad que el alcalde consigue rescatarlo de la desidia y el abandono.
José Joaquín León