HOY se cumplen 70 años de la muerte de Manuel de Falla, que falleció en Alta Gracia (Argentina), aunque la tumba con sus restos está en la cripta de la Catedral de Cádiz. El próximo día 23 se cumplirán los 140 años de su nacimiento en una casa de la Plaza de Mina gaditana, que todavía existe, aunque no convertida en un museo con la dignidad que se merecería. Significa que faltan cinco años para el 75 aniversario de su muerte, y 10 años para el 150 aniversario de su nacimiento. En cualquier ciudad medianamente civilizada, se empezaría ya a pensar en la conmemoración de algo que debe ser mucho más que una efeméride: la recuperación de Manuel de Falla para Cádiz, la ciudad donde nació y donde se hizo el mejor músico español del siglo XX.

Entre tanta ignorancia como sufre Falla en Cádiz aún brilla un rayo de esperanza. Me refiero al Festival de Música Española que se celebra estos días. Este festival tiene una programación de calidad, que merece la máxima participación. Así que anímense y acudan a los conciertos. Es como un oasis de calidad en el desierto cultural gaditano, que se viene abajo, porque al Ayuntamiento no le interesa la cultura y se le nota.

Por suerte, el Festival de Música Española lo organiza, básicamente, la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía. Por suerte lo organizan desde la propia Consejería; es decir desde el Palacio de Altamira, en la calle Santa María la Blanca, en Sevilla. Por suerte, el actual director es Manuel Ferrand Augustín, un experto en la materia, un gran melómano, como lo es su hermano Pablo, y como lo fue su padre, el escritor Manuel Ferrand, que ganó el Premio Planeta en 1968 con su novela Con la noche a cuestas. Por suerte, desde el Festival de Música Española no hay afanes de confrontación ni politiqueos cutres. El propio Manuel Ferrand me comentaba que el Ministerio de Cultura ha colaborado con el concierto de Al Ayre Español (uno de los mejores conjuntos de música antigua de España), y que estaba receptivo para próximas ediciones.

El programa de este año es muy bueno, aunque tiene el inconveniente de que espectáculos de primer nivel pueden pasar casi desapercibidos. El programa se cerró muy tarde. En cualquier caso, la idea para el futuro es potenciar este festival para que sea la referencia de la música española en nuestro país. Y para conseguir algo que parece milagroso: atraer melómanos de otras ciudades a Cádiz. Además de eso, nuestras autoridades se deberían implicar en rescatar a Falla de su miserable olvido gaditano.

José Joaquín León