SEGUNDAS partes nunca fueron buenas, dice el refrán, aunque en la segunda parte el Cádiz le marcó cuatro goles al Alcorcón. Sin embargo, las segundas vueltas electorales gustan mucho... en Francia. Se utilizan para todo, para elegir el presidente por supuesto, y para los alcaldes, incluso para los candidatos de los partidos. Allí no sólo votan los militantes en las primarias, sino que vota cualquiera que pague dos euros para la campaña del candidato ganador. En las del último domingo, para elegir el candidato de Los Republicanos (que allí son republicanos de derechas, como en EEUU), dicen que votaron unos 400.000 militantes de izquierda, entre los cuatro millones de derecha que participaron. Más que nada para fastidiar a Sarkozy, al que no querían ni locos. ¿Cuántos hay en Cádiz que pagarían dos euros para que no gobierne este o la otra?
En las presidenciales, por el contrario, se votará gratis, como aquí. En Francia se supone que el candidato de la derecha será François Fillon, que no es populista, sino un kamikaze: quiere reducir el número de funcionarios, subir el IVA, bajar los impuestos a empresas, acabar con la jornada de 35 horas, retrasar la jubilación y otras así. Aquí lo llevaría claro. A pesar de eso, es muy probable que dispute la segunda vuelta de las presidenciales contra la ultraderechista Marine Le Pen. Susto o muerte, a ver.
La medida de la segunda vuelta parece que es la menos mala. En España se intenta incluirla en una reforma de la Ley Electoral. Pero es improbable que se apruebe. Porque eso le quita capacidad de enjuague a los terceros en discordia. Por el contrario, los dejaría sin presión ante los insultos y panfletos. ¿Ustedes se imaginan el ahorro de pamplinas en los plenos? Al final, el alcalde o la alcaldesa de Cádiz no lo hubieran elegido Fran González y sus compañeros del PSOE, sino los gaditanos directamente, que hubieran decidido entre Kichi o Teo.
No es fácil saber lo que hubiera pasado. Aunque el PP resultó más votado, es de suponer que muchos militantes del PSOE (entre ellos todos los que acuden a las asambleas de Gaspar del Pino) hubieran votado a Kichi. Puede que otros no hubieran votado. O puede que hubieran votado algunos que no votaron. Tampoco se sabía lo que ahora ya se sabe. Existen más elementos de juicio para que no te den un cobazo.
Gane quien gane, es una pena que este sistema de la segunda vuelta no funcione en las municipales. Así se evitarían componendas y el miedo al qué dirán. El alcalde siempre sería el más votado en las urnas.
José Joaquín León