EL caso del agua contaminada de Loreto siempre me pareció demasiado sórdido. Un ejemplo de lo que ahora se ha dado en llamar el oportunismo populista. Un cutrerío a conciencia. No hay un asunto más sensible que la salud de las personas físicas. Sin embargo, aquí todo se ha reducido al politiqueo. El caso del agua contaminada originó perjuicios a los vecinos de Loreto; aunque también es cierto que el Ayuntamiento del PP, cuando reaccionó, intentó atenderlos para paliar en parte esas molestias. En términos estrictamente sanitarios, en Cádiz fue más grave el caso de las tortillas contaminadas del bar Grimaldi de la Plaza, porque hubo decenas de hospitalizados y hasta un muerto, cuya vinculación con aquel caso aún está por ver. Sin embargo, el caso del agua de Loreto, por su repercusión social en una barriada de Cádiz, ha sido más llamativo.

COMO en Cádiz no se enteran de las reuniones de otras capitales andaluzas, en las que se tratan asuntos influyentes, voy a recordar una que tuvo lugar recientemente en Málaga. Eran unas jornadas técnicas de la Asociación Cívica del Sur de España, copresidida por el ex alcalde de Málaga Luis Merino y el ex alcalde de Sevilla Manuel del Valle. Para  potenciar el desarrollo de ambas provincias, se ha creado el famoso eje, que no es una red de ciudades milenarias, como ingenuamente cree el alcalde de Cádiz. Se trata de un proyecto para que entre Sevilla y Málaga comanden la economía andaluza.

EN Cádiz tenemos varios museos imposibles, y la ampliación del Museo (el de la Plaza Mina), que también lo es; y así han dejado a la Academia de Bellas Artes, con el acceso por el Callejón del Tinte, como si fuera una vivienda de asustaviejas. Pero esa es otra historia. Entre los museos más famosos que nunca vimos, está el del Carnaval, faltaría más, pero también el de la Semana Santa. Este museo de los cofrades, a diferencia del carnavalero, tiene ya un local asignado, que es el de los antiguos Talleres Velasco, situados en la zona del baluarte de Santa Elena, en la parte de las murallas que se puede ver desde la Cuesta de las Calesas.

HOY comienza oficialmente la temporada de invierno en la costa de Cádiz, después de que ya hayan cerrado todos los hoteles y chiringuitos que debían cerrar. En Cádiz y su provincia se ha creado una falsa impresión con la polémica chiringuitera. Hasta han apelado al cambio climático para afirmar que el sol permite aprovechar las playas en los meses más fríos. Y es verdad, excepto en los días de temporal o inundaciones. Pero eso no significa que aquí se aproveche bien el turismo de invierno. Antes al contrario, es de las zonas costeras de España que peor funcionan en cuanto llega el otoño. Asignatura pendiente. Frente a los chiringuitos de invierno abiertos están los hoteles cerrados.

EN la provincia de Cádiz ha llovido sobre mojado, sobre todo en Vejer y Conil. Una vez que escampó, mientras se valoran los daños, hay que preguntar por el origen del problema. ¿Por qué se convirtieron esos núcleos habitados en zonas catastróficas? En La Janda se registraron 78 intervenciones de los Servicios de Emergencia en viviendas, y se estima que decenas de familias se han quedado sin un hogar habitable. El delegado del Gobierno, Antonio Sanz, en su visita a las zonas afectadas, reconoció que pudo ocurrir una catástrofe mayor y que fue milagroso que no hubiera víctimas. Pero no basta con resignarse, o pensar que pudo ser peor.