SER pensionista en este país parece una fortuna, pero es una desgracia. Ahora se ha puesto de moda, en plena oleada de populismo, que le quieran meter mano a los pensionistas y los sitúen al nivel de los ricos. Es raro que Juanma Moreno no quiera atraer a ricos pensionistas catalanes, para que se apalanquen en Andalucía, en vez de viajar barato con el Imserso. A los pensionistas les tienen cochina envidia, porque cumplen el sueño de una parte de los españoles: cobrar sin trabajar. Pero no es por casualidad, ni porque les haya tocado el Gordo de Navidad, sino porque cotizaron antes a la Seguridad Social (detalle que se omite) y siguen pagando su IRPF a Hacienda (detalle que asimismo se omite). Así que si les suben la pensión, ellos cobrarán más, y Hacienda también, porque los pensionistas ricos (o menos pobres) contribuyen.

Ser pensionista en este país parece una fortuna, pero es una desgracia. Hasta el PP ha estado a punto de caer en la trampa. Dijeron (y luego lo desmintieron) que eran partidarios de una subida selectiva. A los pobres sí, pero a los ricos no. ¿Ricos? ¿Qué se entiende por ricos? La mayoría pertenecieron antes de jubilarse a las clases medias trabajadoras, como las denomina Pedro Sánchez. A Feijóo no sé quién lo asesora, pero muchos de esos pensionistas son sus votantes, y cabrearlos es el primer requisito para perder. Parece que Juan Bravo, ex consejero de la Junta ascendido a Madrid, estuvo oportuno para frenar el patinazo.

Ser pensionista en este país parece una fortuna, pero es una desgracia. Murieron más de 60.000 pensionistas en la pandemia del Covid 19, aunque viendo los telediarios parece que sólo hubo víctimas en las residencias de mayores de la comunidad de Madrid, por culpa de Ayuso, claro. Y ahora dicen que Pedro Sánchez les quiere comprar el voto, por destinar 190.687 millones a las pensiones. Es un gasto social. Además de que una parte de ese dinero revierte al Estado, mediante impuestos directos, indirectos y otras recaudaciones. La inflación también es sufrida por los pensionistas.

El pacto de rentas estaría bien, si se ahorra en otras cuestiones. Puestos a ser populistas, se podría hablar de los sueldos de los políticos, de los coches oficiales, de los militantes enchufados por los partidos, y de otras criaturas que son hijos de Dios y deben llegar a fin de mes. Muchos pensionistas, incluso pobres, han sido escudos para sus familias en los momentos duros de la crisis. Se merecen más respeto.

José Joaquín León