TODAVÍA hay especulaciones sobre los fallos en las encuestas. Excepto la del CIS, auguraban una victoria clara del PP, y se suponía que podría formar Gobierno con amplia mayoría si conseguía el apoyo de Vox. “Sucedió que los votos cambiaron mucho en la última semana”, explican los encuestadores para justificarse. Y omiten que la misma noche del 23 de julio, tras las encuestas a pie de urnas, algunos dijeron que Feijóo alcanzaba la mayoría con Vox. Sin embargo, la culpa no fue de los encuestadores. Ni ha salido ese resultado diabólico sólo por las estrategias de Sánchez, o por el voto útil catalanista. Como suele pasar cuando te marcan un gol, a Feijóo le falló la defensa. O sea, que Feijóo y su equipo cometieron errores gruesos.

Y no todos los fallos llegaron en la última semana. Puede que se equivocara al no aparecer en el debate con Pedro Sánchez, Yolanda Díaz y Santiago Abascal. No se ganan ni se pierden unas elecciones por un debate. Aunque sirven para reforzar. En Andalucía, Juanma Moreno ganó muchos votos mientras la gente veía a Macarena Olona y Teresa Rodríguez peleándose entre ellas. Pero los errores de bulto de Feijóo se resumen en dos: primero, que le colgaron el monigote de Vox en la espalda y no se lo descolgó; y segundo, que no supo trasladar la campaña a donde de verdad podía derrotar a al sanchismo. Lo importante no eran las sandeces de la caverna de Madrid, ni la chuminada de “Que te vote Txapote”. Todas las elecciones que le ganó el PP al PSOE fueron por el bolsillo: por el IPC, por los problemas para llegar a fin de mes, por las hipotecas, por los impuestos, porque vas a Portugal y la compra está más barata, mientras aquí la vicepresidenta Calviño parece que es la discípula de Keynes montada en una moto.

Otro gran error de Feijóo (aparte de no insistir más en la economía verdadera del día a día, y que se le escapara vivo por ahí) fue no respaldar a María Guardiola cuando la hicieron rectificar por su negativa a pactar con Vox. El trágala de la señora Guardiola le hizo perder las elecciones a Feijóo. Se demostró que se podían humillar por unos sillones regionales. Y miles de mujeres pensaron: “Ya no te voto”. Según el CIS, a Sánchez lo votaron un 5,8% más de mujeres que a Feijóo. Tampoco se explicó bien en Cataluña; y ya ven…

El principal error de Feijóo fue olvidar al Feijóo de Galicia. Cambiar sus propias ideas, para defender las que le impusieron en Madrid. Por ahí se jodió Feijóo. Y, con ese diabólico resultado, no sólo Feijóo.

José Joaquín León