RESULTAN muy curiosas las diferencias entre las reacciones al incendio de la catedral de Notre Dame de París y el ocurrido el 8 de agosto en la Mezquita-Catedral de Córdoba. Por supuesto, no se pueden comparar en magnitud, ya que Notre Dame necesitó de una restauración profunda, compleja y costosa, mientras que el templo cordobés sufrió daños, aunque no llegaron a mayores, gracias a la rápida y heroica intervención de los bomberos. Pero la comparación es conveniente, porque ya en las primeras horas algunos buscaron similitudes. Y en las horas posteriores se confirmó que en cutrerío político y en populismo demagógico, España le puede ganar a Francia por goleada.
En París, la catedral de Notre Dame sufrió un incendio el 15 de abril de 2019, en el que se derrumbaron el tejado y la gran aguja del templo, además de sufrir graves daños en el interior y algunas obras de arte. El incendio se supone causado por un descuido en unas obras que estaban realizando en el monumento. La conmoción mundial fue enorme. Notre Dame no es sólo un símbolo de París, sino del cristianismo en Francia. La reacción de solidaridad fue enorme. En menos de un día recaudaron 800 millones de euros para la restauración.
Aunque Francia es un país que presume de laico, el presidente Macron reconoció la importancia de la Iglesia católica en Europa y el valor de Notre Dame como símbolo no sólo religioso, sino también de la cultura en Francia y en el mundo. Prometió que el Estado ayudaría, y que en cinco años Notre Dame volvería a estar abierta y restaurada. En diciembre de 2024, se cumplió la promesa. Notre Dame volvió a abrir sus puertas, en una ceremonia a la que acudió incluso Donald Trump. Mientras, en España se peleaban por si debía ir el rey Felipe VI o Pedro Sánchez. Y no asistió ni uno ni otro, con el consiguiente ridículo de protocolo.
En Córdoba, estuvo la consejera de Cultura, Patricia del Pozo, que acudió de inmediato para ofrecer la ayuda de la Junta de Andalucía. Del ministro comunista catalán, a cuyo cargo está la cultura española, no se supo nada. Sólo pidieron información y dijeron que la Unesco se había quejado. Algunos hablaron de la titularidad de la Mezquita, a ver qué sacaban. El Cabildo Catedral de Córdoba prometió que pagará las obras de restauración. Y que instalarán un sistema de incendios como el de Notre Dame.
Las diferencias nos hacen ver que necesitamos una cultura más generosa, como la que hay en Francia, y que los políticos se dediquen a buscar soluciones en vez de incendiar los problemas.
José Joaquín León