MISTERIOS DE SEVILLA
Los pasos de misterio están entre las grandes creaciones de la Semana Santa sevillana. Cuantos más personajes haya alrededor de Cristo, más misterioso es el paso y más le gusta al pueblo llano.
Entre los personajes secundarios de la Pasión, el más popular es Poncio Pilato. Y, parafraseando al poeta Antonio Rodríguez Buzón, yo les voy a decir que Pilatos habrá otros, pero como el de San Benito, ninguno. Porque el de San Benito va de pie y es un presentador.
Una señora le llevó un ramo de flores el Martes Santo. “Esto es para Pilato”, dijo ella. “Para el Señor de la Presentación”, la corrigió un cofrade. “Bueno, sí, pero para Pilato”, insistió ella. Otra mujer preguntó por las estampas: “Es que Pilato me ha hecho un milagro y quiero su estampa”.
¡Ojo, que nadie se equivoque! Pilato no hace milagros. Por supuesto, al Señor se le quiere mucho más que a su presentador. El pueblo de la Calzada no le condenaría. El Señor de San Benito es el amor del barrio.
El Pilato de la Macarena va sentado. Está encantado de conocerse, porque lleva detrás a los armaos. Aunque Pilato ya sabe que la Centuria obedece al Señor de la Sentencia. En Él está la verdad. A Pilato le hubiera gustado nacer en la calle Parras y ser vecino de Juanita Reina y Marta Serrano. Pero lo siento, Pilato, no todo el mundo puede ser macareno. A Pilato le hubiera gustado ser capitán de los armaos, pero no consiguió entrar en la Gandinga. Tampoco todo el mundo puede ser armao.
Pilato está triste y ha llegado a una conclusión:
Que Roma es Sevilla con más obispos.
Y Sevilla es Roma con más armaos.
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El Martes Santo sale el paso de Jesús ante Anás. La gente lo conoce como La Bofetá. Es un misterio elegante, que admiramos cuando atardece en San Lorenzo. La bofetá se perfila en el aire, mientras el incienso arde. El sayón Malco tiene la mano ligera y la cabeza hueca. Más pérfido es Anás, que castiga a un inocente y esconde la mano. ¿Y el Señor qué hace? Lo más difícil. Pone la mejilla y perdona.
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Los misterios de Sevilla se resumen en seguir a Cristo. Aunque cante el gallo. Y aunque nos bese un traidor, nos desprecien, o nos den una bofetá.
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EL BARRIO DE LAS CRUCES
Santa Cruz está lleno de turistas, pero es el barrio de las cruces que presiden sus plazas. Y la cruz principal está en la parroquia, con el Cristo de las Misericordias.
Santa Cruz siente un escalofrío cuando Cristo vuelve de noche por la Alcazaba con la Virgen de la Antigua a sus pies. Cristo viene perdonando. Y perdonaría hasta a la luna que lo espera en la plaza de la Alianza. En un azulejo se queda su estampa con un temblor de velas rojas... Y llegará la Virgen de los Dolores, de palio breve, con un llanto que duele. Santa Cruz romperá los tópicos, y volverá a ser el barrio de las Misericordias y los Dolores.
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LA PUERTA CARMONA
Barrio de la Puerta Carmona. Hoy la puerta es la de San Esteban, donde Ariza el Viejo retó a la ojiva. El Cristo de la Salud y Buen Viaje está allí siempre, y nos deja la ventana abierta para que vayamos a acompañarlo.
Desamparados se llama su Virgen, como la patrona de Valencia. Saldrá el Martes Santo. Cuchillos de piedra amenazarán seis veces a los varales que pasan a compás, y el último se lo ofrecerá a Valencia, como el puñal de su dolor. Desamparados te llaman ¡y qué bien te pusieron el nombre! Eres la Madre de Valencia; y en Sevilla eres la caridad y la solidaridad con las víctimas. Desamparados, Tú eres la memoria viva de 224 muertos.
José Joaquín León