EL pacto que han rubricado Juan Espadas y Álvaro Pimentel va mucho más allá del presupuesto de Sevilla para 2021. Es un acuerdo municipal entre PSOE y Ciudadanos que funciona en modo inverso a lo que ocurre en el Congreso de los Diputados. La letra del pacto importa poco. Lo de menos es si servirá para que el tranvía haga más correrías por Sevilla, o no. Lo importante es la música. El pacto de PSOE y Ciudadanos en la Plaza Nueva suena bien. Es lo contrario de lo que hace Pedro Sánchez. Sevilla es el principal Ayuntamiento que gobierna el PSOE y aquí ha optado por buscar el encaje moderado, en vez de alcanzar un acuerdo con el Adelante de Daniel González Rojas y Susana Serrano. Tampoco son como Frankenstein estas criaturas, pero es cierto que resultaría más arriesgado.

El pacto municipal entre el PSOE y Ciudadanos es un arreglo de conveniencias. A Espadas lo apuntala como un líder moderado, que no critica abiertamente a Pedro Sánchez, pero tampoco le profesa fervor. No llega al punto de Fernando Rodríguez Villalobos, que desde la Diputación nunca ha ocultado sus preferencias, ni el afecto por Susana Díaz. En el PSOE sevillano la huella felipista es muy difícil de borrar, al menos en los supervivientes institucionales. Porque entre el antiguo Isidoro de Sevilla y el muchacho que jugaba al baloncesto hay diferencias como entre la noche y el día. Y porque todo el mundo sabe que un PSOE sanchista a ultranza le regalaría la Alcaldía de Sevilla al PP en las próximas elecciones municipales.

Por eso, Juan Espadas debe seguir jugando a la moderación. Aparte de sintonizar con sus ideas, es la mejor estrategia. Y se coloca en la recámara como un futuro barón andaluz del PSOE, aunque no aportaría el perfil que gusta a Sánchez. A Ciudadanos ese acuerdo de Álvaro Pimentel le sirve para desmarcarse del PP, en unos momentos en los que están acaramelados en la Junta de Andalucía, al menos en la versión de Juan Marín. Y tampoco le viene mal a Beltrán Pérez, porque como él mismo decía en este Diario, han dejado al PP como referente único de la oposición municipal. A Beltrán también le favorece el acuerdo PSOE-Ciudadanos, que visto así es una bicoca para todos. O eso parece.

¿Y para Sevilla? Es una opción para aportar estabilidad al Ayuntamiento, en tiempos difíciles, con la reconstrucción de una economía local muy dañada por la pandemia. Es bueno que transmitan una imagen de moderación y diálogo. La crispación que ha provocado Frankenstein en España es tóxica, perjudicará la salida de esta crisis. Mejor que se la traguen otros.

José Joaquín León