LA fecha de caducidad del alcalde de Sevilla, Juan Espadas, como los demás de España, se prolonga hasta mayo de 2023. No hay prisas por consumirlo antes. Es curioso lo de Espadas. Por un lado, consideramos un sinsentido que abandone el cargo para el que fue elegido por la mayoría simple de los sevillanos, con el apoyo posterior de la izquierda irreductible, y algún cablecito de Ciudadanos, por la vía de Álvaro Pimentel. Y, por otro lado, están los impacientes, que quieren la retirada de Espadas ya, que renuncie ya a la Alcaldía y que nombre ya un alcalde que además sea ya el candidato para las elecciones de 2023. Lo preferible para el PSOE sería que Espadas siguiera. Tendría un altavoz mejor como alcalde que como senador por la cara. Y si le falta tiempo, que se busque un buen teniente de hermano mayor, pero sin soltar la vara.

Eso sería lo mejor, y no se entiende por qué lo han descartado, si ahora tampoco van a poner el candidato de 2023, sino un parche. La rumorología apunta que Antonio Muñoz será el concejal que releve a Espadas en la Alcaldía. La rumorología indica que no es tan sencillo, pues Muñoz ha puesto un requisito ineludible para asumir la Alcaldía: ser también el candidato del PSOE en 2023. La rumorología señala que en el PSOE sanchista de la calle Ferraz han indicado a Espadas que ni hablar del peluquín, puesto que los designios de las alturas van por otros caminos para 2023. La rumorología insiste en que María Jesús Montero sería la candidata para la Alcaldía de Sevilla en 2023. La rumorología añade que se puede ver de diversos modos: que Pedro Sánchez se la quita de ministra, pues está hartito; que es un referente del partido en Sevilla con más carisma y empaque que Antonio Muñoz; o que se le hace un desagravio, después de haberle mostrado el caramelito de candidata a la Junta y lideresa del PSOE en Andalucía, para finalmente dárselo a don Juan.

Ni qué decir tiene que el alcalde hasta 2023 lo puede poner Juan Espadas colegiado. Y que en el derby de rivalidad local, entre Muñoz y Cabrera, prefiere al primero, a pesar de que los toldos salieron peor que la santa misión. Pero no sólo de toldos vive el sevillano. Y al pobre Cabrera le hicieron la cama donde ya se sabe. Así que por ahí está todo visto para sentencia.

Ni qué decir tiene que en la designación del candidato a la Alcaldía de Sevilla para 2023, Juan Espadas, tendrá una opinión a consultar. Pero esa decisión, para la principal Alcaldía de España que todavía gobierna el PSOE, no se adoptará colegiada, sino con el plácet de Pedro, el jefe supremo. Y ahí está el tío, con el lío.

José Joaquín León