LAS encuestas públicas y privadas insisten: PSOE y PP se disputarán la Alcaldía de Sevilla, con un margen estrecho y una diferencia de pocos votos. No es novedoso. En el siglo XXI, ha existido bastante igualdad en el resultado final entre el PSOE y el PP, excepto en 2011, cuando Juan Ignacio Zoido alcanzó una mayoría absoluta apabullante para los populares. Las elecciones de 2023 se pueden parecer a las de 2003. Entonces el PSOE ganó con 14 concejalías, el PP consiguió 12, el PA obtuvo 4 e Izquierda Unida se quedó con 3. Alfredo Sánchez Monteseirín mantuvo la Alcaldía, gracias a su primer pacto con Izquierda Unida, ya que en 1999 había gobernado con el PA. Sin mayoría, los terceros son decisivos.

En 2007, el PP, ya con Zoido de candidato, consiguió 15 concejales, con el 41,84% de los votos, mientras el PSOE se quedó en el 40,46%, pero también con 15. El tercer partido con representación, que fue IU, inclinó la balanza, al obtener 3 ediles y pactar de nuevo con Monteseirín. Aquel año hubo una novedad. El PA se quedó fuera del Ayuntamiento. Y por ahí se alteró lo que había sucedido en el final del siglo XX y principios del XXI.

Porque el Ayuntamiento no se repartía entre dos partidos, sino entre tres. El PA no sólo había gobernado en 1979, después del trueque con Granada que le dio la Alcaldía a Luis Uruñuela. En las elecciones de 1991, 1995 y 1999, el PA entró en el gobierno municipal sevillano. En 1991 con Alejandro Rojas-Marcos, que pactó con el PP; en 1995 con Soledad Becerril, del PP, en el pacto a regañadientes; y en 1999 con Alfredo Sánchez Monteseirín, cuando el PA cambió de pareja y pactó con el PSOE.

Con esos datos vemos que en la ciudad de Sevilla ha existido una gran igualdad entre el PP y el PSOE en las municipales. La diferencia es que el PA se hundió en 2007, y ya se quedó fuera del Ayuntamiento. Mientras que IU se mantuvo en una horquilla de votos entre el 7% y el 8%.

Quedan dos Sevillas electorales: la del PSOE y la del PP. Se perdió una tercera vía, la del PA, cuyos votantes se repartieron entre Ciudadanos y los dos partidos mayoritarios. En las autonómicas, muchos votaron a Juanma. Para Antonio Muñoz y José Luis Sanz el objetivo es sumar los votos ajenos al bipartidismo de siempre, además de rascar al rival, que es más difícil.

Con Ciudadanos de retirada, los votos de Unidas Podemos y Vox pueden ser decisivos. Y está por ver que apoyen gratis et amore, o exijan entrar en el gobierno municipal. De eso apenas se habla en la campaña. Pero de los pactos posibles (o imposibles) también se debería hablar.

José Joaquín León