DESPUÉS de las enseñanzas prácticas que hemos acumulado durante cinco ediciones, esparcidas a lo largo de 17 años del siglo XXI, en Sevilla se podría cursar un máster en Carreritas. O crear el posgrado de Tumultos de la Madrugada. O elaborar una tesis doctoral sobre Fundamentos de las Carreritas Comparadas. Estas cosas suceden por causas aleatorias. Mayormente, por una peleíta de gamberros. En realidad, ese sería el detonante. El ruido es lo que provoca el espanto. Los sevillanos y las sevillanas oyen un ruido raro, a partir de las cuatro de la Madrugada del Viernes Santo, y se ponen a correr como si estuvieran en la Nocturna del Guadalquivir.

La conclusión del informe municipal parece como el perro de Pavlov. Esto es, la ley del reflejo condicionado: cuando dos cosas acostumbran a ocurrir juntas, una lleva a la otra en la mente. Ruido lleva a carrera. Y sálvese quien pueda. Con lo cual también se puede llegar a la conclusión de que ciertos ruidos son peligrosos, y provocan las estampidas modelo búfalos, que a su vez generan otro ruido que ya no hay quien lo aguante. Así la gente se vuelve loca y empieza a arrollar nazarenos.

Por supuesto que no se puede cuestionar la conclusión principal: los incidentes no fueron provocados. Hay que asumirlo así, porque tampoco se ha demostrado lo contrario, la teoría de la conspiración. Es verdad que también se podría provocar, casualmente, por varios conatos de gamberrismo encadenados, sin relación entre sí. Para lo cual se puede intuir (pero no demostrar, al parecer) una predisposición de individuos como los que fueron detenidos.

El hermano mayor del Gran Poder, Félix Ríos, me comentó que el informe de su hermandad se había interpretado mal, por lo que decía de la pelea en el bar de la calle Arfe. Ríos comparte que varias avalanchas se pueden expandir, en pocos segundos, por diversos puntos del casco antiguo. Cree que eso es lo que ocurrió.

La comparación con otras ciudades nos aporta menos. La Semana Santa de Sevilla no es como la de Badajoz. En las carreras de Jerez de la Frontera en 2014, el origen fue la explosión accidental de una bombona en una churrería, junto a la iglesia de San Francisco, de donde sale una cofradía en la Madrugada. Motivo fortuito.

El informe viene bien como documento para el máster en Carreritas, e incluye una iniciativa de I+D+i: aconseja vallas suaves de plástico y megafonía para las bullas.

José Joaquín León